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Me quejo mucho – ¿qué pasaría si no lo hiciera?

Últimamente hay muchas notas curiosas sobre como usamos el tiempo, y no solo están en internet, sino también las vemos en revistas, periódicos, es más, hasta en la tele está este tipo de información sobre como usamos nuestro tiempo y más allá de eso, cuanto tiempo de nuestra vida dedicamos a hacer ciertas cosas, por ejemplo:

Pasamos dormidos unos 23 años, estando de pie unos 30, estando sentados unos 17, trabajando unos 10 años, comiendo otros 7 años y así sigue la lista; pero hay una cosa que en especial que ocupa mucho tiempo de la vida de una persona y claro, el tiempo, varia de persona a persona, pero la cantidad de tiempo que pasamos enojados, molestos o quejándonos de las cosas es sorprendente, aunque queramos negarlo, y el tiempo que estamos molestos o con pensamientos de ese tipo es enorme.

Ahora, no hay dato preciso, no hay quien haya documentado este hecho, pero seguramente si se hiciera y se plasmara la cantidad de tiempo que estamos enojados, molestos, tristes o quejándonos de las cosas, nos asustaría.

Y, por cierto, este no es un post para decirte “se feliz”, de hecho, me cagan esos post, los odio, me chocan y he pasado mucho tiempo quejándome de esas cosas y esas personas; obvio, no pretendo transmitirle a nadie un mensaje de paz y felicidad, no es mi onda, ya que deje claro que soy una persona que se queja mucho.

Pero eso me dejo pensando en cuanto tiempo de mi vida, de mis días, de mi tiempo, me paso quejando de las cosas, seguro en mis estadísticas de vida dejarían claro que paso mucho tiempo en internet y obvio, quejándome, esos dos parametros ocuparían la mayoría de mis años de vida, y es que ahora son sinónimos en mi día a día, estar en internet y quejarme de todo.

¿Acaso está mal ser una quejumbrosa?

Bien, no es que yo esté en contra de esas personas, que se podrían clasificar como negativas o quejumbrosas, yo soy una de esas personas, y no pretendo decirle a nadie que deje ese estilo de vida, porque 3 fantasmas me visitaron en la noche.

¡Para nada!, sigo comulgando con ver la dura realidad y quejarse de ella, pero si me puse a pensar en que me quejo mucho.

Creo que hubo un tiempo que mi descripción como blogger era “alguien se tiene que quejar” y yo me lo tome muy en serio.

Porque en verdad no creo que haya nada de malo con quejarse, después de todo, simplemente es mencionar algo que está mal, es por eso que soy y seré una eterna defensora de las quejas; pero también esta interesante el análisis de ¿Cuál es el punto de quejarse si no se hace nada?

Seguramente el mundo y mi mundo serían diferentes si no pasará tanto tiempo quejándome de las cosas y en vez de eso, hiciera algo proactivo por esas cosas que me generan una molestia o malestar.

Creo que me la paso toda la vida quejándome, ¿y si en vez de quejarme hiciera algo sobre esas quejas?, esa es una pregunta interesante, que generará muchas suposiciones, pero debo quejarme de las suposiciones porque son cosas que solo suceden en un mundo de especulaciones.

¿Qué pasaría si no me quejara?, mmmm, seguramente ya me hubiera explotado el hígado de los corajes, y es que muchas personas hablan sobre la importancia de ser positivos, de ver las cosas buenas de la vida y enfrentarlas de una manera adecuada; pero nadie saber hacer eso, y más bien nos enseñan a guardar y acumular las cosas como en una hoya de presión, que tarde o temprano va a explotar.

Creo que quejarse y enojarse, es lo más saludable que puede hacer una persona, pero también hay que ver como esos enojos y esas quejas se manifiestan o se apoderan de una vida.

En definitiva, no creo que quejarse este mal, pero si hay que encontrar una manera sana para equilibrar esas quejas con toda la vida, porque tampoco es andar de chingaquedito con esas quejas.

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