No, lo siento no me acuerdo. Cuándo tienes mala memoria
¿Te ha pasado que te insisten e insisten con algo y tú nomás no logras recordar?, es como si tu cerebro tuviera un filtro selectivo que decide qué guardar y qué desechar. Y a veces, lo que desecha es justo lo que te están preguntando. “¡Pero cómo no te vas a acordar!”, te dicen. Y tú, con toda la pena del mundo, respondes: “No, lo siento, no me acuerdo”.
El arte de vivir en el olvido
Tener mala memoria puede ser frustrante, pero también tiene su lado divertido. Es como vivir en una película de amnesia constante, donde cada día es una nueva aventura. Claro, hasta que te toca pagarle a alguien que ya habías olvidado que le debías. Pero, hey, ¡al menos nunca te aburres!
“¡Pero Si Estuviste Ahí!”
Esta es la frase que más odian los que padecemos de memoria de teflón. “¡Pero si tú fuiste el que…!”, te reclaman. Y tú, con cara de “what”, intentas reconstruir la escena en tu mente, pero es como buscar un calcetín perdido en un cuarto oscuro. Simplemente, no te acuerdas.
Cuando la mala memoria se vuelve un escudo
A veces, “no me acuerdo” puede ser la respuesta perfecta para evitar problemas. ¿Qué si recuerdas haberle prometido algo a alguien? “Uy, no, lo siento, ¡mi memoria me falla!”. ¿Qué si sabes dónde dejaste las llaves del coche? “Mmm… no me acuerdo“. ¡Es como tener un comodín en el juego de la vida!
Tips para sobrevivir con mala memoria (y no morir en el intento)
- Anota todo: Desde la lista del súper hasta la fecha de cumpleaños de tu tía. ¡Más vale prevenir que lamentar!
- Usa alarmas: Para recordar citas, pagos y cualquier otra cosa importante.
- Ríete de ti mismo: El humor es la mejor medicina para aceptar tu mala memoria y evitar frustraciones.
Al final, tener mala memoria no es el fin del mundo. Es solo una característica más de tu personalidad, una peculiaridad que te hace único y, a veces, hasta te salva de algún apuro. Así que, la próxima vez que te digan “¡Pero cómo no te vas a acordar!”, simplemente sonríe y responde: “No, lo siento, no me acuerdo“.
