Lo bueno, lo malo y lo feo de la serie Arcane: League of Legends
Las películas, y por supuesto también las series basadas en videojuegos siguen conquistando nuestras pantallas, ahora llega a Netflix un nuevo título de este género, la muy esperada y muy anunciada serie Arcane: League of Legends, que además de tener una intensa campaña promocional detrás de ella; además, es la primera serie animada de Riot Games, así que, los gamers, y por supuesto el público en general, todos nos preguntamos si Riot Games puede hacer series tan buenas y adictivas como sus videojuegos, ¿será?
Hoy te presentamos lo bueno, lo malo y lo feo de la serie Arcane: League of Legends

Lo bueno
- La animación de Arcane: League of Legends es excepcional, el trabajo que se realizó recreando Piltover y Zaun, fue excepcional sin olvidar mencionar el diseño de los personajes.
- Esta serie continua la estética visual y el arte de los cinemáticos de League of Legends, para continuar con la experiencia que se ve en el juego.
- Esta serie nos ayuda a entender la historia de origen de algunos héroes de este videojuego.
- No necesitas haber jugado League of Legends, ni conocer su historia para entender la serie Arcane: League of Legends, ya que la historia arranca desde cero, y permite a cualquiera adentrarse en la historia.
Lo malo
- Hay algunas partes, sobre todo las escenas de acción (persecución o peleas), las cuales pueden llegarse a sentirse un poco largas; en general, el desarrollo de la introducción se siente lento.
Lo feo
- La entrega de los episodios, 3 episodios por semana, corta el ritmo de la serie, y principalmente, hace que tengamos que esperar muchos días para seguir esta historia que tiene potencial y promete mucho.
Finalmente, debo decir que en términos globales la serie Arcane: League of Legends es buena, fuera de unos cuantos detalles, como el ritmo con el que avanza la historia; fuera de eso, Riot Games logró un buen producto final, e incluso, algunos especialistas del entretenimiento y los videojuegos elogian, comparándolo con propuestas similares, como lo que hizo en su momento Blizzard con la película World of Warcraft.