Las personas negativas nos repelen

Seguramente pensaras que voy a restregarte en la cara sabiduría positiva.

De esas ondas que tratan de hacerse pasar o mejor dicho pretenden ser buena onda, pero no lo son, y además de darte una lección de vida que nadie pidió, además de eso te hacen sentir tonto.

Algo así como lo que hacía Toño Esquinca, obvio, cuando tenía su programa de radio y hablaba de superación personal, pero más que ayudar a las personas a reflexionar era un regaño pseudo filosófico en el cual todo quedaba claro te va mal por tu culpa y porque eres bien estúpido, yo cada que por equivocación escuchaba su programa quedaba con cara “mmmm, interesante reflexión Toño”.

Insisto, esto no tiene nada que ver, no es una reflexión de superación personal que tiene doble intención, la primera empoderarte y la segunda, la velada, decirte lo idiota que eres.

No, no pretendo decirle a nadie “no seas negativo”, seguido del sermón correspondiente.
Si alguien quiere ser negativo y mala leche, está en su derecho, sé el Calamardo de tu zona, pero no debes perder de vista que esas actitudes alejan y rápidamente a las personas que se encuentran a tu alrededor.

Quien quiera andar de amarguetas, be my guest, pero recuerda, que, si andas en plan mal vibroso, nadie se te va a acercar ni en 1km.

Esto no tiene que ver con una payasada esotérica relacionada con el karma o esas ondas que dicen que las vibraciones de cierta intensidad alejan a las opuestas y atraen a las similares.
No, sea cierto o no, no es algo que se vaya a debatir aquí.

Lo que si voy a decir es que cuando hay alguien con mucha intensidad, alguien de mal humor, gritando o regañando en mal plan, hace que las personas a su alrededor no quieran estar ahí con esa persona.

Y me acaba de suceder, ayer que iba, ya ni me acuerdo a dónde iba, me encontré con una señora muy peculiar, con un tono de voz ciertamente muy agudo que no paraba de gritar y regañar al pobre señor que iba con él.

Tan mala era su actitud, que todos los que estaban cerca salieron huyendo del lugar, y en cierto punto me pregunte que hacía yo ahí aguantado, escuchando y fumándome los regaños de esa vieja loca.

Lo único que quería decirle en ese punto era:

No me importa quién sea, que sufrimientos experimente, si tiene o no razón en quejarse amargamente de la vida, la verdad me vale, solo simplemente cállese.

Realmente era una situación intensa y todo eso lo provoco su mala actitud, su energía negativa y que estaba irradiando ira, como el sol irradia calor, de esa que se contagia.

La moraleja de esta historia, es que, las personas que solo tienen ira, enojo, o están en plan negativo, nadie quiere estar con ellas, SE QUEDAN SOLAS, y solo generan una actitud negativa hacia ellas.

La pregunta es ¿eso es lo que quieres para ti?