Las oportunidades
Lo sé, lo sé bien, no me lo tienen que recordar hoy tenía que hablar sobre Facebook y su plataforma e importancia social, sí, efectivamente hay mucha tela de donde recortar, pero eso es tema del lunes pospuesto para el martes, ¿Por qué? Porque hoy tengo otra cosa metida en la cabezota y si no le doy salida, invariablemente se estará inmiscuyendo en cada artículo, cada nota que elabore y cada pensamiento del día, como una traición de mi subconsciente que busca dar salida a incógnitas profundas de la vida. Entonces para dejártela barata a ti y a mí, mejor nos ahorramos todo ese sobre análisis y va de una buena vez.
Yo siempre me jacte de ser muy despreocupada y dejarme llevar instintivamente por cada momento y cada situación, sin nunca hacer un razonamiento o evaluación critica de las cosas, simplemente actuaba; y ahora resulta que no le puedo dar la vuelta a esos pensamientos necios disque profundos de relevancia porque ahora son ellos los que me persiguen y no me dejan en paz para nada.
No entiendo que le pasó a mi mugre conciencia o será el inconsciente que me quiere frenar y hacerme meditar sobre el rumbo de mis pasos. ¿Por qué?, no entiendo porque no se conforma con generar algún plan emergente y divertido ó seguir el ritmo loco de la vida.
¿Será por fin que soy más vieja y sabía?
NAAAA, seguro algo se me descompuso más en la cabeza ó por fin se arreglo, culpo a la falta de oxigeno y exceso de smog en ambos casos.
Está bien, voy al punto.
Espérame por favor, había que hacer un paréntesis explicativo de 3 párrafos JAJAJAJA.
Estoy lista para hablar sobre el tema que no me deja en paz hoy: “Las oportunidades”, pero, porque hablar de oportunidades, si no es un concepto tangible y para cada quien es bien diferente y aplica a tantas cosas, áreas y aspectos. Veras, si bien el mundo es un inmenso mar de posibilidades y oportunidades muchas veces las ignoramos y las dejamos pasar, algunas por ser increíblemente estúpidas y arriesgadas y dada su naturaleza absurda simplemente las dejamos pasar, otras tantas veces son oportunidades innegables que la vida nos sirvió en bandeja de plata por lo que no se pueden rechazar, finalmente uno termina subiéndose a ellas instintivamente y sigue su vida sin más.
Pero qué pasa con aquellas oportunidades irracionales, locas y estúpidas, a las que muchas veces les decimos que no, ¿por qué les decimos que no? sí, claro el riesgo de ganar es bajo y el precio que se tiene que pagar por intentarlo es muy alto; pero si ganas, es como si tocarás el cielo un instante y conocieras el verdadero sentido de la felicidad, es como si te llevaras el premio gordo, y no te lo llevaste por azar o suerte, sino por tu talento y esa falta de sentido común que te hizo arriesgarte.
¿Qué nos pasa?, ¿por qué ahora miramos esas estúpidas oportunidades y las dejamos ir?, ¿alguno de ustedes ha podido vivir con el remordimiento de no seguir una corazonada impulsiva?, y lo mejor, ¿alguno ha sobrevivido al seguir esta corazonada?
Creo que más allá de las dudas sobre si las oportunidades valen la pena ó si lo que ganamos amerita tal esfuerzo, creo que es más interesante el análisis de porque no las tomamos, creo que eso nos ayudaría a comprender bien quiénes somos y cómo podemos ser mejores.
Es el miedo el que nos detiene, es el sentido común o instinto de supervivencia ó la falta de agallas, ¿quién sabe?, seguro depende de cada caso y cada oportunidad, también intervienen los factores y personas involucradas ó a veces simplemente es el destino.
¿Qué haces cuando estas frente a una oportunidad loca y salvaje?, te subes o te quedas sentado mirando como la vida sigue y ofrece sus intrincados acertijos a alguien más, ¿vivir o no vivir? ¿ser o no ser? Esa es la cuestión, arriesgarse a saltar increíblemente alto y aprender a caer de pie como gato ó ser un precavido del mil largos y aburridos años.
Calidad e Intensidad Versus Cantidad y Prudencia
Tal vez, solo tal vez, nuestra memoria es ese freno ó acelerador que nos detiene o nos mueve.
El compendio de aprendizajes y lecciones que guardamos en esa cajita negra, es la que nos dice si vamos o no vamos. Porque hay que aceptarlo, de nuestra cabecita proviene una pequeña vocecita que nos aconseja y nos recuerda “ya te caíste, mejor no” y esa prudente voz nos recuerda lo doloroso que fue. Sí, es cierto si no tuviéramos esa vocecita seguro ya estaríamos muertos, pero que le pasó a la otra voz más ruidosa que le daba su zape y acallaba sus lógicas.
Ahora que lo pienso, a lo mejor esa voz prudente no sea tan mala y nos haya dado la victoria en muchas cosas.
¿Saltar o no saltar? Esa es la verdadera cuestión.
Hola Yes, interesante artículo.
Pienso que como en todo, el tomar una oportunidad tiene sus riesgos, y como se dice si no arriesgas no sabrás si ibas a ganar o perder. Cuando se es mayor (o con experiencia) cada persona se conoce y sabe cuando arriesga o no; cuando se es joven (sin experiencia) no conoce muy bien su potencial; los jóvenes deben arriesgar mas y los mayores, deben ser mas analíticos (ciertamente hay mas temor. Lo que deben enseñar las escuelas y Universidades son cursos o asignaturas que nos ayuden a planificar y organizar nuestro futuro, en base a prioridades y metas alcanzables, los cuales uno debe ir midiendo cada cierto tiempo. Es mi humilde opinión. Un gusto leerte. Saludos.
Luis Holguìn.
Totalmente de acuerdo, muchas gracias por compartir tu valiosa opinión, para mi es muy grato encontrarme con ella.
Gracias y te sigo esperando en mi blog, te recomiendo la sección de “Filosofando” las otras son muy irreverente 😀