Filosofando

La precisión de las ideas

No hay que subestimar nunca las palabras que usamos para expresarnos, ya que ellas pueden hacernos la vida más fácil o frustrarnos porque nadie nos entiende, digo, ahora a los treinta y tantos años me cae el veinte de que no es que el mundo no me entienda, sino más bien que no sé cómo expresar esas ideas ante el mundo.

Por cierto, y hablando de esto, alguna vez te has puesto a pensar en la importancia de las cosas que dices, cada que las dices, durante el día; ¿alguna vez lo has hecho?

Seguro que no, oh tal vez sí.

Llega un momento en la vida, en el que te preguntas ¿qué carajo dije?, cuando los demás no te entienden y reaccionan sorprendidos, entonces lo lógico es preguntarte como una reflexión preocupante, cuando escuchas en voz alta aquello que dijiste. Cómo si hubiera sido otra persona la que dice un sin fin de barbaridades, una persona diferente a ti, una no muy culta, inteligente o brillante.

Ni modo, a veces se desconecta tu boca de la cabeza; tengo que admitir que me ha pasado muchas veces, más de las que me gustaría aceptar públicamente, e incluso muchas veces eso suena mejor en mi cabeza hasta que lo digo en voz alta y me doy cuenta que no es así, que expresar una idea con la boca, debe hacerse con mucha precisión, claridad, sin dar rodeos y en muchas ocasiones recordar que menos es más. Es entonces cuando te das cuenta que a veces es mejor decir las cosas de forma simple.

Una lección valiosa que reafirmo cada día, no hay nada más precioso con una comunicación clara y sencilla, que da precisión a una idea.

Soñara a choro y seguro piensas eso y que ya me ando debrayando como siempre, desperdiciando letras y quitándote el tiempo, jajajajaja, seguro piensas eso y más porque he pasado mucho tiempo dejando claro que me gusta divagar.
Suena contradictorio que una persona con naturaleza chorera hable de la importancia de ser claros, de ser directos en la comunicación cuando estamos expresando una idea; pero puedo decirlo con una gran experiencia detrás y un alto grado de frustración respaldándome, no hay nada mejor que hablar sin rodeos, directamente y con una buena precisión para externar una idea.
Neta, me he pasado una gran parte de la vida confundida y frustrada porque el mundo no me entiende, y claro a su vez yo no entiendo al mundo, porque el resto del mundo tampoco se preocupa por ser claro y directo.

Ahora puedo entenderlo, es frustración consecuencia de una falta de conexión, una interrupción en la comunicación, esa es la clave de porque muchas de mis relaciones de diversos índoles han fallado, la respuesta es porque se cortan con lo que entendí y no entendí de una plática, de una idea, de una conversación y a su vez lo que la otra persona entendió de lo que quise decir.

Creo que no hay que culpar a alguien en específico, a veces soy yo, a veces son los demás, o seguro pasa como en el mito de la Torre de Babel y hablamos diferentes idiomas, siendo esa la verdadera razón por la cual hacen corto circuito los mensajes que enviamos o recibimos.

Ya sea de forma escrita o verbal, existe ese problema y la culpa no es la falta de vocabulario, es más, ni siquiera creo que sea la falta de sentido común, ahora estoy convencida que la culpa es por la falta de precisión de las ideas.

En la actualidad no nos preocupamos mucho por entender primero que es lo que queremos decir, para luego buscar las mejores palabras para articular esa idea, en vez de eso, solemos hablar y decir lo primero que se viene a nuestra cabeza sin poner la mejor atención en la precisión de la ideas y lo que ellas transmiten.

De verdad, siempre me considere diferente porque pienso diferente, actuó diferente y tiendo a analizar todo, pero ahora descubro que todos somos así, el problema es que no nos preocupamos por las mejores palabras para comunicarnos, a veces soy yo, a veces eres tú.

Y esto lo recuerdo desde que era chiquita, cuando pasaba horas peleándome con mi hermano y con toda mi familia cuando decía la siguiente expresión en mediados de julio:

“mi cumpleaños es primero que el de mi hermano”

Todos me decían que no, que ere el de René, porque el cumple años en enero y yo en diciembre; pero en ese momento, en julio, yo veía que el próximo cumpleaños a celebrarse era el mío, así que técnicamente mi cumpleaños sería el primero. Pero nunca me preocupe por entender a los demás y buscar una forma entendible y precisa para dar mi idea, nunca me preocupe en la precisión de las ideas, de haberlo hecho hubiera dicho:

“está muy próximo mi cumpleaños, ¡es antes que el de mi hermano!”

Y me entro esta idea de la precisión de las ideas como un remolino a mi cabeza, después de escuchar con mucha seriedad a mi instructor de spinning cuando nos pedía que no faltáramos a clase.

“No dejen de faltar cada que puedan”

Lo dice cada martes al terminar la clase en punto de las 8pm, pero siempre pensé que era una frase ingeniosa para hacernos reír y recordarnos que la vida no pasa en el gym, un chistorin para no ser vigorexicos y generar una horrible codependencia para estar clavados en el gimnasio, hasta que el otro día comprobé cuando termino la frase, que no quería que faltáramos.

Ven, subestimamos la precisión de las ideas.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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