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La gente que menos tiene es la que más comparte

Y no solo son las que más comparten, sino las que mayor calidad humana tienen, personas cuya moral, ética y valor son tan destacables que recuerdas que el valor de una persona no se mide por su nivel adquisitivo o su educación, te das cuenta que la plusvalía de una persona se mide por el tamaño de su corazón, un parámetro que no muchas personas tienen la oportunidad de conocer o apreciar.

Es triste, pero muchas veces es muy fácil que olvidemos las carencias y sufrimientos de los demás y nos concentremos en nuestros egoístas problemas, es tan fácil hacerlo y es igual de fácil hacer oídos sordos a los gritos de ayuda, pero saben que, algo que es de admirarse es que las personas que menos tienen no te piden nada nunca, y son las que te dan, las que dejarían de comer algo para ofrecértelo a ti o alguien en desgracia, aquellos que dentro de su corazón son capaces de compartir lo poco que tienen en la vida con alguien que sin conocer se dan cuenta lo necesita; puede ser que no tengan riquezas pero lo poco que tienen en su mesa y lo mucho que poseen en su corazón lo dan a manos llenas a todos, a cualquier ser humano o animal afligido.

Como es posible que alguien sin nada, lo de todo, ¿cómo?, y la mejor pregunta es ¿cómo alguien con TODO EN ESTE MUNDO no puede compartir NADA?, ¿cómo es posible?, pero saben, a mí me siguen las dudas, las preguntas sobre cómo podemos olvidar a estas personas que por circunstancias desafortunadas la están pasando mal, ¿cómo podemos ignorarlas sin intentar siquiera ayudarlas?

La gente que menos tiene es la que más comparte
Algo que debemos reconocer es que la vida es dura, y muy injusta pero dentro de todo el dolor y miseria que tiene hace que muchas personas le sonrían, claro, en este proceso seguramente habrá muchas personas que bajo ese tipo de trato se corrompan y se unan al lado obscuro de la fuerza, pero no son todos, también existen personas valientes que se enfrentan de forma alegre y feroz frente a la vida, personas que podrías llamar de forma despectiva como vagabundos o niños callejeros que solo están ahí para robarte, pero sabes qué, te reto a que un día los veas con ojos diferentes, te reto a que un día los veas como personas, como seres humanos valiosos que viven una vida muy difícil, que no tienen nada, que duermen en la calle pero aun así son capaces de sonreír, de compartir un bocado de pan duro con un amigo, con un perrito callejero que se unió a su camino; de verdad, no entiendo cómo puedes despreciar a un ser humano que aprendió a aceptar las cosas, pero que nunca ha dejado de luchar, ¿cómo puedes ignorarlos?, ¿cómo puedes despreciarlos?, de verdad ¿cómo?

Esas personas que denigras por su vestimenta son las que te ayudarían sin pensarlo.

Sabes porque ellos si pueden desprenderse de todo tipo de cosas, porque ellos han experimentado momentos en los que les gustaría que alguien les brindara de su pan una mordida. Una gran lección de la vida que viene de las personas que menos te lo imaginarias, solo es cuestión de abrir los ojos bien grandotes para descubrir el valor de las cosas, un gesto tan simple como compartir, y algo que no se hace como caridad, sino porque genuinamente quieres compartir algo.

Las personas con menos suerte en esta vida te enseñan tantas cosas que solo puedes chillar, y esta vez estoy hablando en serio, esta vez es una reflexión sobre como menospreciamos u olvidamos a los demás y solo pensamos en nosotros. No porque veas a alguien sucio, sin zapatos o pidiéndote dinero significa que es una lacra o escoria de la vida a la cual le contestas “ponte a trabajar”, la vida no es tan fácil como eso.

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