Filosofando

La cortesía urbana

Algo que en esta ciudad se ha convertido en un mito y ya nadie procura, es esta vieja práctica, una que se dejó de practicar por obsoleta hace muchas décadas. Una costumbre que sucedía cuando mis padres eran pequeños, algo que pasaba hace muchos, muchos años.

Y por más que existan personas con algo de cívica, me gustaría incluirme, hoy me doy cuenta que de forma práctica eso no existe y ahora cuando alguien necesita ayuda, orientación todos evitamos ayudar a esa persona.

Pero porque, mmmmm, creo que la mayoría contestaría que por mera precaución y todas esas personas que embaucan y estafan a personas con buenas intenciones han hecho que ayudar a un extraño en esta ciudad sea algo muy estúpido. Así fue como me descubrí el otro día en la calle, cuando iba caminando muy aprisa para llegar a una junta de trabajo; cuando una viejita me pone en la mira, y claro que me di cuenta tanto que empecé a desviarme caminando rápido al otro lado. Fue instintivo, sabía que se me acercaba, no sabía por qué, pero no iba a averiguarlo, yo quería evitar el contacto como un simple instinto de precaución y supervivencia; sin embargo, todos mis intentos por evitar a esa señora fueron inútiles hasta que nos topamos y me pidió indicaciones de orientación, y aun estando consciente de que ella no era una amenaza obvia o directa hacía mi yo tenía mis desconfianzas y quería terminar esa interacción lo más pronto posible.

Cuando simplemente era una señora perdida que necesitaba mi ayuda, un pequeño acto de cortesía y cívica que la ayudara a ubicarse, pero ahora para cualquier persona es peligroso, arriesgado y en desuso ayudar a los demás.

De hecho, cuando pienso en la cívica de hoy en día, podría asegurar que nadie en la ciudad ayudaría a otra persona. Lo sé, es preocupante, pero más que un acto de egoísmo, esto evidencia una total paranoia, pero creo que exagero y si ayudamos de forma proactiva cuando nos sentimos seguros y en control de una situación, por ejemplo si vas en el coche y otro vehículo lleva la puerta abierta, todos avisan al conductor de ese auto lo que sucede.
Pero cuando se trata de ayudar a alguien en persona, las cosas son diferentes e inmediatamente asumimos que corremos algún peligro o a veces incluso no queremos meternos en los asuntos de los demás. Cuando oyes alguna discusión de tus vecinos o hasta que se están peleando tú te haces menso. El desinterés en esta ciudad es provocado por varios motivos, seguridad, precaución, respeto, no invadir la privacidad de los demás, tanto que incluso podríamos ver a una persona llorar inconsolablemente en la calle y nadie se metería o intervendría y a veces no sabría decir si es simple desinterés o las personas de esta ciudad son extra precavidas.

Y cuando lo pienso para mí y me doy cuenta de la deshumanización, y la falta de interés por lo que sucede en la ciudad, lo que les sucede a los demás me da tristeza y pienso que algo dentro de mí se rompió; pero para ser prácticos y sobrevivir mucho tiempo más en esta ciudad, esa es la forma de hacerlo, aunque supongo que hay que encontrar un equilibrio entre ayudar a alguien que en verdad lo necesita y detectar un posible peligro.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

2 comentarios en "La cortesía urbana"

Los comentarios están cerrados.