Juegos Sociales
Y la gran conclusión a mis treintantos años, es que no tengo la menor idea de cómo seguir un juego social y sus intrincadas conexiones, redes, diplomacias, doble cara, estrategias y jugadas; simplemente yo nunca supe como jugarlo. Al principio me resultaba muy difícil seguir el juego, ese juego de poder en el que todo es parte de un ajedrez y cada movimiento varía dependiendo de la pieza a mover, dependiendo del momento y dependiendo por supuesto de la estrategia.
En algunos juegos es muy rápido llegar al jaque, pero en otros simplemente tienes que esperar con paciencia el momento justo para terminar a tu oponente, así que la espera es seguida de muchos movimientos para tapar, para bloquear y hacer que el contrincante se mueva hasta arrinconarlo.
Un juego extraño en lo que lo único que se gana es poder.
Una persona normal, sabe jugar el juego, algunos son muy buenos jugándolo, otros simplemente se dejan llevar por el juego y hasta se convierten en peones de él, pero yo, yo no sé jugarlo, nunca aprendí, nunca me intereso, no me llama la atención, no tengo deseos de mover piececitas y demostrar que yo soy la gran mente del juego, a mí me vale madres el juego de poder yo no quiero ganar, yo solo quiero ser. Realmente no me interesa ganarlo, seguirlo o jugarlo, yo solo observo y analizo, hago lecturas, pero no desarrollo estrategias, yo nunca estoy en medio, yo solo observo con atención lo que veo.
Yo me siento como una observadora de la vida natural, en la que no me gusta meterme, solo observo las cosas, lo cual resulta raro, porque después de tanta observación se podría decir que yo podría anticipar movimientos, pero predecir cuál es el movimiento de la complicada mente, me da dolor de cabeza, mi tiempo no lo gasto pensando en que es lo que hará la otra persona, mi tiempo lo gasto pensando en que es lo que hare yo de forma aislada, porque yo no sé jugar el juego de poder.
Cosa que siempre me critican, principalmente mi padre, que ha intentado explicarme las reglas del juego de la vida durante 30 años sin mucha suerte, desde metáforas simples hasta muy complejas con libros y hace rato un curso de coach motivacional de vida para tener seguridad, de hecho me acaba de decir con gran frustración “hija, no recuerdas cuando te dije hace mucho tiempo que desconocer una regla no es romperla, es simplemente ser ignorante”.
Y esta anécdota es vieja, hace muchos, muchos años quería explicarme que para ser una rebelde del sistema, primero debía conocer el sistema íntegramente, que para romper una regla, primero debía conocerla no simplemente ignorarla, porque entonces obviamente no iba a seguir ninguna regla y no porque las estuviera rompiendo a propósito, sino porque las estoy desconociendo.
Una reflexión muy interesante, una que puede ser muy atinada ahora que experimento problemas con una de mis cuentas de trabajo, en la que una de las involucradas quiere desplegar un extraño juego social de poder, en el que yo definitivamente no quiero ser parte; siempre he pensado que la vida es muy corta para ciertas pendejadas y esas pendejadas son jugar el juego social, en el que todo es una estrategia de un juego de ajedrez, no sé, para mi es como absurdo porque una persona “tan importante” puede seguir buscando confrontaciones o conflictos conmigo, cuando ya dije que yo no participaba en eso, ¿acaso entonces no es NEXT?, para ellos y para mí.
De verdad no entiendo porque la gran mente de marketing de una gran empresa, sigue queriendo joderme la vida a mí, ya renuncie al proyecto, ya, debería ser todo sin opción a secuelas.
Una acción drástica que tome en favor de mi bienestar, pero resulta que todavía hay jugadas que hacer, movimientos que no quiero conocer y mi padre termina frustrado por que su pequeña treintona hija, nunca se interesó por aprender las reglas del juego de la vida, de los juegos sociales.
Además debe ser muy frustrante para él, que domina estos juegos, ver que su hija, simplemente no tiene la menor intención por formar parte de la estrategia; el problema que todos ven menos yo, que me niego a seguir el juego, es que soy parte de una sociedad en la que estos juegos son el pan nuestro de cada día y todas las relaciones tienen ese juego de poder de forma intrínseca, así que nuevamente no estoy siendo rebelde, estoy siendo una ignorante y seguramente terminare perdiendo.
Muchas personas saben jugar ese juego, algunos son grandes estrategas, algunos simplemente ansían el poder por poder, ese que despierta muchas pasiones sintiendo que dominan a otras personas. Supongo que eso es lo que hace adictivo y para muchos divertido, esto de las relaciones humanas, porque terminan convirtiéndose en un juego de poder, en el que existen peones, alfiles, caballos, torres, una reina y un rey, todos moviéndose para declarar un vencedor, que más que tener la razón, termina siendo únicamente poder.
Pero yo no quiero poder, esa es mi rebeldía contra este sistema, yo no deseo el poder de nada, yo no lo quiero, no quiero jugar por eso, porque definitivamente creo que pierdo más de lo que gano, siento que ganar poder significar renunciar a todo ideal digno por el cual vale la pena luchar.
Aunque estos juegos sociales, signifiquen una convivencia en la que diplomacia, conveniencia, negociación, ceder es parte de cada movimiento.