Bones Jones conserva el título de campeón

El sábado pasado en el MGM en La Vegas, el campeón Jon “Bones” Jones gano por decisión unánime (49-46, 49-46, 49-46) en un combate de 5 asaltos el título de campeón en la categoría de peso semicompleto, para mantener por octava vez el título de gran campeón del mundo, en su división.

Bien, no voy a decir que no es merecido el título, cualquiera que haya visto la pelea en vivo sabrá que ciertamente Jones mostro cierta superioridad y domino cada uno de los 5 encuentros; además, era el favorito no solo en las apuestas sino que todos esperaban que ganará Bones, por algo ha sido el campeón algo así de 3 años y medio. Pero el que haya ganado una vez más Jones no implica que yo y muchos estemos contentos, y más después de esa pelea en la que este campeón jugo a la segura y algo sucio. Esperaba no ver su famosa táctica de picar los ojos de sus oponentes cuando siente que va perdiendo, esperaba y deseaba que Jones no lo hiciera y en vez de pelear seguro, sin muchos contactos y peleando buscando seguir siendo el campeón, yo deseaba ver una emocionante pelea en la que ambos peleadores de MMA dejarán el corazón en el octágono, pero solo lo hizo Cormier.

No vimos nada de esa emoción o pasión en la UFC 182, ni siquiera en la pelea principal por el campeonato, en dónde la apuesta y la estrategia del “aguerrido” Jon Bones Jones era esperar a que se cansará el retador, Daniel Cormier, cuyas características físicas, edad y altura lo ponían en una desventaja táctica muy grande; así que sin importar cuanta técnica mostrará en su nivel de lucha o buscará los derribes, Jones siempre mantenía una prudente distancia y en lugar de conectar buenas secuencias de golpes, en lugar de eso las patadas eran su estrategia para evitar contacto, llaves y la búsqueda de los derribes para la sumisión.

Debo decir que estoy decepcionada, pero era lógico que pasara eso; sin embargo yo esperaba ver algo de lo que sucedió en el careo, cuando se pelearon y ambos peleadores prometían una feroz batalla en la que la premisa era matar o morir. No literalmente claro está, pero algo extraño pasa cuando vemos MMA y es que queremos ver sangre, queremos ver pasión, queremos ver llaves, combinaciones emocionantes de golpes, patadas y rodillazos, de alguna manera en el furor y la emoción de estas peleas de artes marciales mixtas, queremos ver destrucción y sangre para sacar nuestro yo primitivo, supongo que ese es el motivo por el cual se escuchan abucheos cuando los peleadores se enfrascan en ciertas posturas buscando la sumisión.

Queremos ver acción y últimamente lo único que se ve en UFC son peleas seguras, en las que los peleadores no se arriesgan y buscan una victoria clara por decisión; una medida lógica que adoptaron estos peleadores para no perder peleas, para no perder posiciones y no perder su lugar en la UFC, sin embargo esas batallas seguras le quitan la emoción de ver esos épicos combates en los que los peleadores daban el alma, le quita la emoción a las artes marciales mixtas.

Y si me preguntan el título de Jones, mmmmm, es un título de broma, porque nunca arriesga, porque solo pelea contra adversarios que sabe que no le imponen batalla, como Gustafsson con quien no creo que pelee nunca más, es decir, es fácil ser campeón del mundo cuando no te enfrentas al mejor o cuando usas técnicas sucias como cansar a tu oponente, al mero estilo de box de Homero Simpson y cuando le picas los ojos a tus adversarios.

Eso no es ser campeón del mundo en división de peso semicompleto, eso es ser listo y escoger cuales batallas puedes ganar.

En mi opinión UFC 182, fue decepcionante y la única emoción que se pudo ver en el octágono fue la pelea entre el cubano Héctor Lombard versus Josh Burkman, la única pelea que vi en la que ambos peleadores estaban dispuestos a dar todo, bueno, también la pelea del Cowboy Donald Cerrone contra Myles Jury fue interesante, sobre todo al final, antes de que terminará el combate Cerrone cumplió su palabra de enseñarle modales y respeto al anteriormente invicto y novato de las MMA Myles Jury, definitivamente fue emocionante ver en los últimos 10 segundos del último asalto a Cerrone con su secuencia de patadas, para demostrarle a Jury que para ganar se requiere más que talento, se requiere experiencia y respeto al oponente.

En cuanto a las otras dos peleas de la cartelera estelar, Kyoji Horiguchi demuestra que los peleadores japoneses con su velocidad, su resistencia y su habilidad para conectar golpes los hace invencibles, bueno, por lo menos a Horiguchi que recuerda el orgullo extinto que se veía en Pride venciendo claramente a Louis Gaudinot.

Y en la pelea de Brad Tavares y Nate Marquardt se vio algo de emoción, pero no la que hubiera esperado.

Hablando de las peleas preliminares fueron aburridas, y mucho, inclusive el combate entre mujeres, esa más que pelea fue una masacre en la que Marion Reneau venció sin piedad y sin que metiera las manos Alexis Dufresne.

Bueno, no todo fue aburrido y pudimos ver en la cartelera de peleas preliminares un buen KO con un golpe giratorio que dio Paul Felder a Danny Castillo.