Filosofando

Interrumpir a las personas, ¿es grosero?

Pues obvio que si, en teoría y en la práctica, esa es una de las peores prácticas que una persona pueda tener: interrumpir a las personas; sin embargo, sin importar lo grosera que sea la práctica de interrumpir a las personas, es tan común y hasta una estrategia de supervivencia de esta ciudad, qué es muy fácil encontrarnos en conversaciones en las que estamos interrumpiendo o somos interrumpidos.

Pero claro, entre más seguro o segura sea la persona, con mayor facilidad y con más énfasis, estará interrumpiendo a las personas, en conversaciones de mucha importancia o las más insignificantes y triviales.

Supongo que además de seguridad y confianza, tiene que ver el hecho de que nos gusta, no solo imponer nuestras ideas, sino también escucharlas y difundir la palabra de lo que creemos sin importar lo que tengamos que hacer para lograrlo.

Aunque también tiene mucho que ver, que desde hace un par de generaciones, que involucran un par de décadas, ciertos valores y costumbres perdieron uso; como el antiguo, viejo y olvidado arte de escuchar, entender y procesar la información que nos dan otras personas.
Y ahora que lo pienso, tal vez eso de no escuchar e interrumpir a las personas sea la clave, o por lo menos tiene que ver con el descenso de la evolución de la inteligencia y el aprendizaje colectivo. Ese que se transmitía, se enseñaba y se escuchaba por todos, para de esa manera seguir aprendiendo y mejorar. Por qué no hay otra forma en la que me explique cómo nuestra civilización avanzó increíblemente por un largo periodo de tiempo, con grandes avances tecnológicos en ciencias, tecnología y salud, pero desde hace muchos años, cuando empezamos a interrumpirnos, parece que la especie humana está en una línea que no avanza a los grandes cambios.

Igual y mi desinterés por la información y que yo sí interrumpo mucho a las personas sea la causa por la que no estoy informada de esos grandes avances, pero hasta donde yo sé, los grandes saltos tecnológicos tienen muchísimos años que no han sucedido.

Tal vez todo tenga que ver con que nos concentramos en saber y conocer lo que ya sabemos, para interrumpir a las personas cuando quieren darnos su conocimiento o su opinión.

No obstante, ¿por qué lo hacemos?, ¿protagonismo?, ¿afán de ser escuchados?, ¿seguridad?, ¿ofrecer nuestra opinión?

Tal vez todas esas preguntas sean afirmativas y parte de una gran respuesta.

Porque inclusive yo, la persona que siempre está buscando ser correcta y respetuosa, resulta que últimamente tengo en mis registros mentales el hecho de que he interrumpido a muchas personas, en un tono enérgico y sin piedad, y tampoco es que les diga a los demás:

  • Cállate
  • No opines
  • Te voy a interrumpir

Nooooo, yo no hago eso, simplemente comienzo a hablar más fuerte, diciendo algo, creo yo con más sentido, hasta que la otra persona rápidamente entiende que yo tengo ahora la palabra. No lo hago en plan de dominar, no entiendo que me hace hacer eso, en vez de esperar mi turno, pero cuando lo hago, las personas interrumpidas se callan y escuchan.

Eso es, creo yo, bueno para mí, pero, cuando pienso en eso, en que interrumpí una idea, justo cuando estaba siendo articulada, me hace sentir muy grosera.

Así que sí, debo decir, que interrumpir a las personas es algo muy, muy malo que nadie, ni yo, debería hacer. Porque se evita escuchar una buena idea, solo por escuchar una idea propia que ya se ha escuchado y mucho de forma personal.

Aunque, por otro lado, debo decir que laboralmente es muy bueno, ser escuchado e interrumpir a los demás. Bueno, si se va a interrumpir a las personas para decir estupideces, pues el efecto será contrario

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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