Vida y Estilo

Iba a preguntar cómo hacerlo, pero después me dio flojera hacerlo

Hoy quiero hablarles de una situación muy común que seguramente les ha pasado a muchos de ustedes. ¿Alguna vez han estado tan interesados en aprender algo nuevo que incluso estaban a punto de preguntar cómo hacerlo, pero de repente les dio una tremenda flojera y decidieron dejarlo para después? ¡Pues están de suerte! Porque hoy les contaré mi experiencia con esta situación tan peculiar.

La verdad, siempre no

La emoción inicial

Todo comenzó cuando descubrí un nuevo hobby que me llamó la atención y despertó mi curiosidad. Estaba tan emocionado por aprender más sobre ello que incluso me animé a preguntar a un experto cómo podía empezar. Pero justo cuando estaba a punto de formular la pregunta, algo extraño sucedió. De repente, me invadió una pereza inexplicable que me impidió seguir adelante. ¡Vaya sorpresa!

El momento de la verdad

Así que ahí estaba yo, con la pregunta en la punta de la lengua y la pereza en todo mi ser. Me di cuenta de que realmente quería saber cómo hacerlo, pero la idea de tener que esforzarme un poco más para obtener la respuesta me resultaba agotadora. ¿Qué hacer en esta situación tan absurda? ¡Decidí posponer la pregunta para otro momento y ver qué pasaba!

La procrastinación en su máxima expresión

Y así pasaron los días, las semanas e incluso los meses. La pregunta seguía rondando por mi cabeza, pero la pereza seguía siendo más fuerte. Me di cuenta de que estaba procrastinando de una manera épica y que mi curiosidad estaba siendo aplastada por la comodidad de no hacer nada al respecto. ¡Qué ironía!

La lección aprendida

Finalmente, llegó un momento en el que me di cuenta de que mi pereza estaba impidiéndome crecer y aprender cosas nuevas. Me di cuenta de que la comodidad no siempre es la mejor opción y que a veces es necesario hacer un esfuerzo extra para alcanzar nuestras metas. Así que decidí vencer mi pereza y finalmente preguntar cómo hacerlo. Y adivinen qué… ¡valió la pena! Aprendí algo nuevo y me sentí orgulloso de haber superado mi propia procrastinación.

A veces la pereza puede jugarnos una mala pasada y hacernos posponer cosas importantes en nuestra vida. Pero si logramos vencerla y seguir adelante, podemos descubrir un mundo lleno de posibilidades y aprendizajes. Así que la próxima vez que sientan esa pereza insoportable, recuerden que vale la pena hacer el esfuerzo y seguir adelante. ¡No se dejen vencer por la flojera, amigos! ¡Hasta la próxima!

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com