Cuando iniciamos una relación, esperamos que esta dure para siempre y automáticamente comenzamos a idealizar cada aspecto de esa nueva relación. Así que, normalmente, hacemos todo lo que está en nuestras manos para tener una relación “perfecta”… pero ¿no se supone que nada es perfecto? Sí, así es.
Y como en cualquier aspecto de la vida, muchas veces en las relaciones aprendemos a prueba y error, y peor aún… Hay personas que no aprenden nada y siguen cometiendo los mismos errores relación tras relación. Cuando no hay buenas bases dentro de una relación, esta termina por desgastarse y más en la actualidad, donde las personas no buscan nada serio o que deciden “tirar la toalla” cuando las cosas se ponen complicadas.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) durante 2020, año en que inició la pandemia de Covid, se registraron 92 mil 739 divorcios en todo el país. Esta cifra significó un 42% menos de los registrados en 2019. Si bien la cifra fue menor, muchas parejas decidieron poner fin a su matrimonio derivado del confinamiento, ¿esto quiere decir que tal vez no pudieron convivir todo el tiempo juntos o que esto afectó la relación? Sin duda podría ser un factor.
“Cada ser humano tiene una forma particular de amar, nosotros le llamamos FPA”, explica Jaime Guzmán, autor del libro Amar Excepcionalmente y fundador del Instituto Artesánate. “Estas formas de amar y de sentirse amado en mayoría no son totalmente sanas, pero aquí es donde la pareja tiene que trabajar en equipo y conscientemente ayudarse”.
Puede ser que una persona tenga como forma de amar proveer riqueza material y bienestar económico, pero tal vez para otra persona la forma de amar sea a través de contacto físico y calidez. Si bien ninguna de estas dos formas es incorrecta, lo que es importante es que cada humano identifique, valore y codifique las expresiones de amor de acuerdo a su historia.
Por otro lado Ana Paola Ramos, también autora del libro Amar Excepcionalmente y fundadora del Instituto Artesánate agrega que “una pareja puede ser capaz de darte todo, excepto aquello que es lo que más anhelas; hasta que tú resuelvas esa carencia, de lo contrario, le estarás demandando una factura que no te debe y esta dinámica va a intoxicar y empobrecer a la relación”, finaliza la experta.
El principio 80-20
De acuerdo a ambos expertos, en una relación de pareja, las acciones y actitudes de uno de los individuos representan tan solo el 20% del conflicto y son el detonador que enciende o toca la herida del otro y esta explosión, es la que causa el 80% restante del conflicto. Esto va vinculado directamente a la historia personal de ese individuo, y lo mismo pasa en sentido inverso. De esta manera, es así cómo se forma una dinámica tóxica de patrones de control agresivos.
Las personas no siempre se lastiman por falta de amor, sino por falta de conciencia y de recursos psico-emocionales. “El 20% de las acciones de uno activa el 80% de las reacciones del otro”. finalizan los fundadores del instituto.