Redes Sociales

Grupos de WhatsApp

Ahora entiendo a Galatzia y aquella frase que acuño hace no mucho tiempo “odio los pinshis grupos de WhatsApp, me cagan”, y fue hasta después de que me integraron a uno de estos odiados grupos de WhatsApp, el de mi familia, que supe de lo que hablaba: en 10 minutos 89 notificaciones que no paraban de sonar, no paraban de vibrar.

Confieso que al principio me emociono mucho recibir tantos mensajes, por fin soy popular y la gente me habla tanto que no para de sonar el celular, pero esperen al unísono sonaban mis dos smartphones, el Xperia y el iPhone, ambos tenían notificaciones de mensajes para mí, WOW QUE EMOCIONANTE, ahora sí soy famosa, esperen, alguien me agrego al grupo familiar de WhatsApp, ¿qué? y lo peor es que hablan de puras ondas familiares, que no es por ser mala onda, pero pues la neta no es muy de mi interés, repito no es mala onda y si alguno de mis familiares está leyendo esto, espero que no lo tome a mal y muy seguramente entenderá como yo, que haber estado en ese grupo por 10 minutos era la muerte.

¿Por qué?

Bien, no es que yo sea una mamona, payasa, arrogante y encima se burla en público de eso; pero solo necesitas estar en uno de esos odiosos grupos de WhatsApp para entender de lo que hablo.
Si nunca has estado en uno, te envidio, lo juro.

La experiencia más similar que podría darte para que entiendas la gran frustración que experimentas es, mmmmm, recuerdas los chats de antaño, esos que proliferaban en los noventas; bueno seguro ya te diste una buena idea de lo que hablo, en conversaciones con muchísimas personas, que por cierto, los chats eran un caos ya con más de 10 personas, ahora imagínate muchísimas personas, todas hablando de su royo privado y particular, contando chistes personales, anécdotas, problemas de salud o poniéndose a l corriente. Seguir el hilo de un chat sin volverse loco era difícil y más porque mucha de esa información NO TE IMPORTABA EN LO MÁS MINIMO; ahora imagina esa misma experiencia de un chat, pero, SÍ, ahí viene el pero, imagina que ese chat está conectado a tu celular, y cada que alguien diga algo, inclusive:

  • Jajajajajajaja
  • LOL
  • ¿Qué es lol?
  • ¿Cómo se pone una carita feliz?

Cada que alguien escribe eso, y van a ser muchos, porque agregaron a más de 30 personas, va a sonar tu celular, pero lo peor es que para que definitivamente te enteraras, agregaron tus dos líneas telefónicas, para que lo vieras doble.

¿En serio?, ¿de verdad, es en serio?, obvio sí, eso paso y después de casi 100 notificaciones que hicieron un escándalo, después de 10 minutos decidí salirme; primero silencie el grupo y sus notificaciones, pero seguían los avisos así que después de una deliberación aproximada de 30 segundos, no lo pensé y me di de baja deseando no herir susceptibilidades familiares con todo mi corazón, ¡eso espero!

Pero oigan ¿qué acaso no es suficiente con el grupo de Facebook?, ¿acaso no es suficiente?

El día que sonaron mis smartphone como una orquesta digital con esas notificaciones de los grupos de WhatsApp, imagínate que hubiera pasado si estaba en una junta importante de trabajo, ¿te imaginas?, porque en pocos minutos hicieron esas notificaciones un escándalo tremendo.

Esa hubiera sido una falta de profesionalismo, porque yo uso mis celulares para trabajar, incluso WhatsApp, extrañamente se ha vuelto una forma de comunicación empresarial; como antes lo era el chat de BlackBerry ahora sucede con WhatsApp.

Digo, si la familia se quiere mantener informada, que lo siga haciendo por el grupo de Facebook, que hagan un newsletter semanal o quincenal de las novedades familiares para enviarlas por mail, pero por favor, los chats grupales de Facebook o los grupos de WhatsApp son malísimos para una comunicación efectiva, porque se trivializa la comunicación, se habla de lo menos importante y solo se pierde el tiempo.

PD: yo solo uso WhatsApp para trabajo e ignorar gente.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

Los comentarios están cerrados.