Extrañas formas de querer
¿El amor está cambiando? ¡Absolutamente!, antes, las serenatas bajo la ventana eran el pan de cada día, las cartas de amor perfumadas eran imprescindibles y pasar horas al teléfono era una declaración de intenciones. Ahora… bueno, ahora las cosas son un poco más… peculiares. Pero, ¿son estas nuevas “costumbres” realmente amor, o solo una versión light y moderna de algo mucho más profundo?
Cuando el “like” es la nueva serenata:
Hoy en día, una de las extrañas formas de querer es demostrarlo a través de un “me gusta” en Instagram. ¡Sí, así como lo oyes! Un simple toque en la pantalla puede significar desde un “te veo” hasta un “me importas”. Pero, ¿es suficiente? ¿Realmente podemos sentirnos amados con un simple emoji? La verdad es que no lo sé, pero lo que sí sé es que las relaciones se están volviendo cada vez más digitales.
Amor sin tiempo ni esfuerzo:
Otra de las extrañas formas de querer que vemos hoy en día es la falta de inversión. Queremos a alguien, sí, pero no estamos dispuestos a dedicarle tiempo, a hacer sacrificios, a salir de nuestra zona de confort. Es como si el amor se hubiera convertido en una especie de “fast food”: rápido, fácil y sin complicaciones.
El ghosting: el arte de desaparecer sin decir adiós:
Y qué decir del ghosting… esa práctica tan de moda de desaparecer de la vida de alguien sin dar explicaciones. Un día estás ahí, hablando, riendo, haciendo planes, y al día siguiente… ¡puf! Desapareces como por arte de magia. ¿Es esta una extraña forma de querer? Probablemente no, pero sin duda es una forma extraña de terminar una relación.
El amor en tiempos de redes sociales:
En definitiva, el amor ha evolucionado. Se ha adaptado a los nuevos tiempos, a las nuevas tecnologías, a las nuevas costumbres. Pero, ¿sigue siendo amor? ¿O se ha convertido en algo diferente? Quizás la respuesta esté en extrañas formas de querer y en redefinir nuestras expectativas. Tal vez, el amor verdadero no se mide en “likes” ni en horas de conversación, sino en pequeños gestos, en detalles inesperados, en la complicidad y el apoyo mutuo. Al final, lo importante es extrañas formas de querer, y que nos hagan sentir felices y completos, sin importar cómo se manifiesten.
