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Mascotas

Excesivo amor por los animales al estilo Elvira

En otros países Elmira

Se acuerdan de este personaje de los Looney Toons, si esa niña loca, neurótica y de amor obsesivo y asfixiante que terminaba haciendo que todas sus mascotas corrieran de ella, SÍ, ELVIRA, pues resulta que en mi casa me dicen Elvirita, MALDITOS SEAN LOONEY TOONS, malditos sean, por su culpa ahora tengo un horrible apodo, que tergiversa mi increíble amor por mis mascotas.

Aclaro, yo estoy 3 niveles menos que Elvira, mis perras no hacen las maletas y salen corriendo cada que me ven, no, no lo hacen y eso lo puedo notariar. Ahora, me resulta bien curioso cómo es posible que la mayoría de mis apodos sean de esos tiempos, bueno, solo 2 Elvira y Katy K-boooooom, creo que eso no habla nada bien de mí, absolutamente nada. Supongo que con los apodos se descubre un poco de tu personalidad o más bien se proyecta todo tu lado negro al mundo, así que si te topas con Elvira o Katy K-booooom debes salir corriendo por tu vida.

Pero, ¿Quién es Elvira?, seguro te estas preguntando esto si eres muy joven o nunca viste la televisión; pues bien, este es un personaje animado que se extrae de las caricaturas de la generación de Pinky y Cerebro, a ellos seguramente si los ubican muy bien.

Pues bien, está loca niña en apariencia tierna, linda, dócil, amable y buena gente era una psicótica cuyo amor era tan asfixiante que sus mascotas tenían que huir de ella si no querían morir aplastados, besados y vestidos en tonos rosas con tul; supongo que para algunas personas la línea que define lo psicótico del amor es muy delgada y todo ese entusiasmo y cariño se transforma en sentimientos poderosamente negativos.

Para algunos así es el amor y no solo aplicado en animales, también en personas.

Lo admito, mi amor por mis perrunas es muy fuerte, tanto que cuando las veo las tengo que abrazar, cargar o lo que sea, pero tengo que tener contacto físico, y algunas veces me sobrepaso y termino cargándolas como bebesotas y dándoles muchos besos o a veces las muerdo, pero es una mordida llena de amor y encima ellas me la regresan; pero es un cariño bien bonito, en el que tengo que abrazarlas; y ellas no quieren, quieren su libertad, o sea, quien quiere un perro que parece gato, es mi respuesta.

Supongo que debería encontrar un punto medio y solo restringirme a acariciarlas cuando ellas quieren.

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Yes
Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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