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Ese momento en que te urge un poco de amor

De donde sea, en el formato que sea, quien quiera dártelo, pero que alguien lo haga ya, ASAP, urgente, ahora mismo, ¡tómame!

Ay perdón, creo que ya me proyecte demasiado; aunque en realidad solo estaba exagerando este post, ya sabes, por fines literarios. No es para nada y no es en definitiva que a mí me urja amor y que me toquen tantito, o sea no, para nada, yo puedo vivir muy funcional y como lo he hecho hasta ahora siendo libre, independiente y metida en mis cosas, digo, ya he pasado así, mucho, pero mucho tiempo, qué más da un poco más, qué más da esa carencia de cariño, caricias, simplicidad e intimidad, qué más da un poco o mucho más, ¿Qué más da?

En realidad no estoy hablando por mí, bueno un poco sí, pero no hablo de forma particular, sino en un formato general, y es que cuando pasas mucho tiempo solo, en tus cosas, en tus pedos, en tus proyectos y renegando del amor; ese que tanto la vida te ha negado, llega un punto en el que todo eso se junta y culmina en una gran adicción, en un anhelo que parece eterno, en el que deseas ya no ser tan solitario y deseas algo de amor, alguien en tu vida que te de todo eso que venden en la televisión, las historias de amor y la música como romance.

Llega un día en el que suplicarías que alguien te toque, que alguien te quiera, simplemente llega un día en el que se hace más difícil negar y ocultar la necesidad de estar con alguien más; OK, LO SÉ, todos estamos rodeados en un país súper poblado por nuestra especie, pero no se trata de estar, se trata de conectar con alguien más, en un sentido romántico, en un sentido que vibras por esa persona.

Pero esto de entender que el amor no es para todos, es una forma de vida que muchos solteros y adultos han encontrado como respuesta a la caótica experiencia del amor, de hecho, en Japón los jóvenes prefieren quedarse solos y suplir esa necesidad física de intimidad y contacto contratando servicios de abrazos o personas que se queden con ellos por la noche; solo durmiendo y abrazándose, porque esa necesidad tan básica de abrazar a alguien, es algo que no se puede suprimir con nada.

Ese es un fenómeno extraño ¿no se te hace?, necesitamos cariño, necesitamos caricias, necesitamos intimidad, necesitamos palabras de aliento pero es tan difícil encontrarlo y la búsqueda es tan extenuante y cansada, que simplemente nos rendimos y decidimos que las cosas, el status quo de la vida así es, que debemos renunciar a ese contacto y a esa faceta de nuestras vidas, porque resulta que si lo buscas o lo persigues, no lo consigues; pero como no buscas, entonces tampoco encuentras ese amor que te hace falta.

Acaso alguien mato a mi media naranja, o seré extraterrestre y mi alma gemela esta en otra galaxia, ¿será?, ¿será que suplicare en silencio por intimidad, contacto y caricias?

Es extraño, pero una necesidad básica que tenemos como seres es esa, intimidad y no hablo en un sentido sexual.

Pero encontrar eso es tan difícil que simplemente dejas de buscar, renuncias y esa necesidad urgente y el anhelo palpitante de romance y de pertenecer a alguien; lo ocultas en un rincón oscuro de tu mente porque renunciar y resignarse a lo que si se tiene en esta vida, en vez de recordar imperantemente lo que no tienes. Sin embargo todo en esta vida habla de eso, esa conexión que se tiene con otra persona, pero una especial, con alguien especial.

Entonces lo que hace un adulto funcional moderno, es guardar todo eso en una olla de presión, esperando que en algún momento te urge un poco de amor, de quien sea.

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