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Ese microinfarto cuando no encuentras el cel

A ver, levante la mano quién no ha sentido que se le va el alma al cielo cuando no encuentra el celular. Ese microinfarto cuando no encuentras el cel es más común de lo que crees, es como si de repente te faltara un brazo, una pierna, ¡o la torta de milanesa de los viernes!

Pero, ¿por qué nos da tanto pánico?, ¿será que dependemos demasiado de estos aparatitos inteligentes?, ¿o será que guardamos secretos más oscuros que el clóset de un político?, ¡quién sabe!, lo que sí sé es que la sensación es horrible.

El Cel: ese mejor amigo (que te puede traicionar)

No importa si tienes el último iPhone o un “tabique” de hace diez años, el celular se ha convertido en parte de nosotros, ahí tenemos las apps con acceso a las cuentas de banco, fotos, contactos, mensajes, ¡hasta los memes más vergonzosos!, por eso, cuando se nos pierde, sentimos que perdemos un pedazo de nuestra identidad.

Y ni hablar de cuando el microinfarto cuando no encuentras el cel se combina con la paranoia de que tu pareja lo revise. ¡Uy, qué mello! Ahí sí te sudan las manos, se te acelera el corazón y empiezas a rezarle a todos los santos.

Cosas peores que perder el cel (o tal vez no tanto)

Ahora, no todo es tragedia. Hay cosas peores que perder el celular. Por ejemplo, que se te caiga al baño, que se lo coma el perro, o que se lo confisquen en la escuela por andar jugando Candy Crush en clase. ¡Eso sí que es un drama!

Pero, volviendo al tema del microinfarto cuando no encuentras el cel, ¿qué podemos hacer para evitarlo? Aquí te van algunos consejos:

  • Designa un Lugar Para El Cel: Así como tienes un lugar para las llaves, ten un lugar para el celular. En la mesa de noche, en el buró, ¡donde sea! Pero que sea un lugar fijo.
  • Activa La Función “Encontrar Mi Celular”: Si tienes un smartphone, seguramente tiene una función para rastrearlo en caso de pérdida. ¡Actívala ya! No te arrepentirás.
  • Relájate Y Respira: Si ya buscaste por todos lados y no encuentras el cel, ¡no entres en pánico! Respira hondo, siéntate un momento y piensa dónde lo dejaste la última vez. A veces, la respuesta está más cerca de lo que crees.

Así que ya sabes, la próxima vez que sientas ese microinfarto cuando no encuentras el cel, ¡no te espantes! Respira, piensa y recuerda que, al final, es solo un aparato. Lo importante es que no pierdas el sentido del humor. ¡Y que sigas disfrutando de la vida, con cel o sin él!

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com