Filosofando

¡En serio, esa fue tu mentira!

Apégate al guion, prende el cerebro y olvídate de los monos tocando el ukulele. Por favor.

Eso debería repetirme cada que voy a decir una mentira, digo, yo solo digo mentiras blancas que ayudan al contexto laboral o social; pero hasta eso, decir mentiras tiene su arte y por supuesto su chiste, sino terminas diciendo estupideces increíbles y quedas como un mal mentiroso, ciertamente un mentiroso novato.

Nunca me paso como a Joey, si el personaje de Friends, que cuando iba decir una mentira siempre intervenía un mapache que era protagonista en la mentira, pero yo digo cada mentira tan estúpida y fantasiosa que me pregunto donde quedo mi IQ de 141, ¿dónde?

Imagínense, un cliente llama preguntando porque no se visualiza su sitio web. No olviden ese ejemplo resalta lo incompetente que puedo llegar a ser, olviden eso por completo.

Imaginen que me pidieron un archivo DOC para revisarlo y corregirlo, y yo digo: ah si te lo llevo la semana que viene en una USB, y cuando llega ese día y olvide por completo el tema, es más, ni siquiera redacte el documento y tengo que conectar el cerebro para echar un mega choro solo digo.

Vino un mapache, trepo por mi pantalón metió la mano a la bolsa y se llevo la USB.
No, no es cierto, pero si digo algo como, mmmmmmmmmm, este, mmmmm, déjame ver, mmmmmmm, aquí traigo la usb, no, no es cierto, mmmmmmmm, la verdad es que se metió un hacker a mi computadora y borro la información. Lo peor es decirlo en serio, si fuese broma hasta dirían Pinche Yesica no hizo nada, pero es graciosa, un hacker le robo la información. Lo malo es cuando lo dices en serio, porqué tu estúpido cerebro no pudo pensar nada mejor.

Habiendo otras cosas tan creíbles, yo dijo eso, es como decir mi perro se comió la tarea y en conclusión estoy bien tarada para decir mentiras.

Sí, decir una mentira tiene su chiste, es tan histriónico como el viejo arte de la actuación, recordar un guion con una trama creíble, actuarlo y seguir al personaje al pie de la letra, pero sobre todo recordar el choro, eso es lo más difícil. Después de una semana ya ni sabes que dijiste y terminas agregándole muchas cosas increíbles a la historia.

Tan fácil como decir, no lo hice, se me olvido y uno se olvida de problemas futuros. Nada mejor que ser un cínico.

O aprendo a decir mentiras creíbles o me retiro del asunto.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com