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En realidad no amo a mi ciudad, es solo conveniencia geográfica

La Ciudad de México (CDMX), ese vasto y caótico mar urbano, puede hacer que tus sentimientos hacia ella sean más complicados que un rompecabezas de mil piezas. A veces, podría parecer que amo a mi ciudad, pero si lo piensas bien… ¡es solo una cuestión de comodidad! Aquí van unas cuantas reflexiones divertidas sobre nuestro amor-odio hacia esta megaurbe.

El Amor Es Ciego… pero la CDMX Te Abre los Ojos

How nows?

Te despiertas y ves ese amanecer entre edificios que parecen enemigos de la gravedad. Aun así, no puedo evitar pensar en lo hermoso que es. Pero seamos sinceros, un día caldo de pajaritos y al siguiente… ¡un mar de smog!

Reflexión:

Amo a mi ciudad en la mañana, cuando el tráfico va lento (más que una tortuga con jet lag), y odio que a la hora pico se convierta en un set de Rápido y Furioso… pero sin los coches geniales.

Comida Callejera: Amor Verdadero

Déjame probar eso

Si hay algo que puedes amar y odiar a partes iguales es la comida de la calle. Un taco de pastor a 15 pesos es una maravilla celestial, pero esa misma delicia puede traer consigo un drama gastrointestinal digno de un thriller de terror.

Dicho popular:

“Lo que no te mata, te hace ir a buscar un baño”. ¡Por eso, amo a mi ciudad! Los tacos son testigos del amor y el sufrimiento al mismo tiempo.

Cultura por Doquier… y Gente por Todos Lados

¡Viva la gente!

En la CDMX, nunca estás solo, porque siempre hay una multitud a tu alrededor. Amo a mi ciudad porque puedo experimentar todo tipo de culturas y eventos culturales, pero… cuando tienes que moverte entre 50 personas para llegar a un lugar, piensas “¡¿por qué?!”

Consejo:

Sal a la calle y contar cuántas veces deseas que la gente “también se quede en casa”, y te aseguro que tu corazón se llenará de dudas sobre el amor que le tienes a la ciudad.

El Transporte Público: Amores y Desamores

Más que un viaje

El Metro, el lugar donde cada viaje es una aventura digna de un reality show. Amo a mi ciudad por su eficiente red de transporte y cómo te lleva a cualquier parte, pero odio esos momentos donde la sensación de “sardina” es más real que nunca.

Táctica:

Recuerda que una sonrisa y unos segundos de conversación pueden hacer que olvides lo incómodo de tu trayecto… ¡al menos hasta que veas cómo otra persona se cuela en tu espacio!

La Naturaleza y el Caos Urbano

Amor por lo natural

Amo esos momentos en que te adentras a Chapultepec y olvidas que estás en una de las ciudades más pobladas del mundo. Pero, claro, eso dura hasta que escuchas el sonido de un claxon y te recuerda que estás atrapado en un caos urbano.

Reflexiones zen:

El contraste entre la naturaleza y el bullicio citadino puede ser como un relacionamiento tóxico: maravilloso a veces, pero ¡qué estresante es!

Tendencias y Modas: Lo Último y Lo Más Chido

¡Qué hay de nuevo!

La CDMX es, sin duda, el epicentro de las tendencias. Desde las cafeterías chic hasta las nuevas modas de “¿Bebes café con o sin espuma?”, siempre hay algo sucediendo. Amo a mi ciudad por su dinamismo… hasta que tienes que hacer fila para el nuevo café vegano que abrió a dos calles y compruebas que tus amigos están arruinando su vida social.

Al final del día, admitimos que amo a mi ciudad, pero todo es cuestión de conveniencia geográfica. La CDMX es un ciclo de amor y odio que se repite en cada esquina, en cada taco y en cada viaje en el Metro.

Así que la próxima vez que te sientas dividido entre el amor y el odio, piensa: ¡Es solo conveniencia geográfica! Y mientras tu corazón palpite en la jungla urbana, sigue disfrutando de esta montaña rusa de emociones que es la vida en la CDMX. Con toda su locura y su belleza, no hay otro lugar como este.

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Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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