Filosofando

El tiempo

Últimamente hablo mucho de una sola cosa, y no solo les tocado a ustedes fumarse mi delirium tremens de tiempo, así que ni se quejen, porque a todos les ha tocado escucharme lamentarme, maldecir y adular al implacable tiempo que avanza sin misericordia y se mofa de mi.

Tic, Tac, Tic, Tac y sigue sin parar.
Nunca se detiene, avanza con prisa para llegar a ningún lugar.

Ya lo decía el conejo blanco de “Alicia en el país de las Maravillas” que vivía atormentado y en función del tiempo “qué tarde es ya”; pero porque tanta importancia, porque vivimos en función de él, ¿será su función tácita?, porque hemos desarrollado tanta dependencia a este concepto efímero, vago y antiguo, tan antiguo como el mismo. Dependencia, total y vil dependencia a un aparatejo que simboliza y representa físicamente el concepto irreal del tiempo haciéndolo omnipresente y todopoderoso, no entiendo, como los minutos y las horas sumadas pueden adueñarse del concepto de omnipresencia y poder al que servimos sin pensarlo. Discúlpenme pero yo solo atribuyo esos dos conceptos a una deidad religiosa universal.

Qué sería de la vida sin relojes que hicieran real la existencia del tiempo, dicen que el conocimiento es poder, en este caso el desconocimiento del tiempo es EL PODER MÁS FUERTE que un ser humano pueda llegar a imaginar, que sería de una vida sin calendarios que nos recordaran el paso de los días y el cumplimiento de las fechas, creo que sería muy apresurado alegar FELICIDAD y muy tajante condenar la inutilidad de la vida atemporal.

Se dice popularmente que “No hay fecha que no se cumpla y plazo que no se venza”, algunas veces para bien y otras para mal, desafortunadamente todo tiene una etiqueta de caducidad en la frente, un tiempo, qué cuando menos te lo piensas llego y hecho a perder tu rica y sabrosa leche, mmmm lo sé, hablando de tiempos y después de lácteos, pero no hay mejor forma de ejemplificar lo que le hace el tiempo a las cosas y como las agria sin darnos cuenta.

También estoy siendo muy crítica con el tiempo, y es que solo el tiempo nos da sabiduría y comprensión de las cosas, el tiempo no es tan malo como lo he pintado, también tiene sus matices luminosos que nos dan esperanza y alegría.

El tiempo, bendito y valioso tiempo, que en muchos culturas es dinero, pero no es cuestión cultural, es una demanda actual de la globalización y el feroz capitalismo que traduce de una simple matemática de Tiempo=Dinero y todos necesitamos de este resultado matemático para SOBREVIVIR. Que puedo hacer yo, simplemente yo, contra el insaciable tiempo que exige y exige tanto de mi, pero no son solo las exigencias que el tiempo y los demás me hagan para cumplir interminables listas de tareas y trabajo, no, no, no, no todo es cuestión de trabajo y sus entregas, de hecho todo el trabajo tiene un tiempo establecido, que bien, en ocasiones se excede, pero este tiempo nunca supera las posibilidades humanas. Lo que a mí me aqueja y tortura de NO TENER tiempo, más bien, es no tener control sobre el tiempo, ya sé que no todo se trata de mi, de lo que yo quiero de la vida o el control que yo pueda ejercer sobre las cosas.

Lo que me entristece de ver pasar el tiempo, es pasarlo haciendo trabajo, es perderme de la vida, porque la vida no es trabajar PARA NADA, el trabajo no es la vida y la vida no es trabajar, la vida es un complejo concepto que involucra muchísimas personas y afectos, lo que me tiene al borde de la histeria y un colapso nervioso es la incapacidad de poder disfrutar contigo de tu risa, de tus tonterías, de tus novedades, de pasar el tiempo contigo sin hacer nada.

Ese amigos míos muy queridos y estimados es mi queja contra el tiempo, el no poder estar contigo, sin embargo estoy en busca de un plan de contingencia que me permita escaparme de las obligaciones del trabajo para poder platicar contigo, para ir al cine con mis papas, para ver horas y horas de televisión con mi hermano, salir a jugar con nova y recorrer nuevamente las calles de esta mi querida ciudad.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com