Filosofando

El significado de una promesa

Cuando se habla de promesas, es en sí mismo como hablar de mitos o leyendas urbanas, pero siendo justa para ciertas personas las promesas tienen un valor y al igual que los contratos escritos, estas promesas verbales adquieren sentido de contratos VERBALES, pero no es un valor universal para todos o todas, y las promesas se convierten en falacias modernas que uno dice creyendo ciertas pero terminan siendo mentiras o hechos que no se cumplen.

Las promesas, como lo decía para muchos palabras vacías que solo se dicen por decir, ya saben, como los rumores, los chismes, los cuentos convirtiéndose en una más de las palabras dichas a lo largo de un día.

No sé trata de preguntarse qué es una promesa o cuales son las letras chiquitas detrás de un compromiso que hiciste de forma verbal, se trata de tener honor, de tener palabra y cumplir con todo aquello que dices. Pero entonces recuerdo aquel coro de una de las canciones que más me gustan de los Strokes “las promesas son rotas antes de hacerlas”, lo cual es cierto, nos duela admitir, a veces existen promesas que se rompen incluso antes de jurarlas o PROMETERLAS.

Tal vez todo esté relacionado con el hecho de que prometemos imposibles, que en un punto de la vida creemos ciertos, sin embargo en esta vida a veces hay cosas que no se pueden mantener; tal vez el chiste este en no prometer nada o mejor dicho, prometer cosas reales, mmmmmm, tal vez no tenga que ver con eso y más bien cuando se trate de prometer algo hay que ser realistas y en vez de prometer algo para siempre, habría que aclarar que es por hoy o esta semana o incluso este mes.

Me ha pasado, a veces un sentimiento es tan grande que podrías jurar, bueno, jurar es un nivel más profundo que prometer y podrías prometer estar siempre a lado de alguien, pero conforme maduras, creces y vives te das cuenta que prometer algo para siempre, simplemente es irreal y ya sea:

  • Te prometo estar contigo siempre
  • Te voy a apoyar cada momento
  • Te voy a amar hasta que me muera

Te das cuenta que eso no pasa, más que en los cuentos de Hadas.

Esas son promesas que uno no debería hacer tan a la ligera, que bien, no lo niego a veces ciertas promesas terminan convirtiéndose en maldiciones y aquella promesa que hiciste tiempo atrás, termina recordándote ese pacto que hiciste.

Ah, las promesas; para algunos juramentos tan sagrados que sería capaces de cualquier cosa imposible para mantenerla, mientras que otras personas olvidan inmediatamente que terminar de pronunciar su promesa, como si fueran palabras vacías y huecas.

En esto tengo que pensar que todo tiene que ver con el honor de una persona, aunque a veces no es honor y mantener una promesa de estar al lado de alguien aun cuando ya no la quieres, puede ser algo complicado.

Cumplir o no cumplir, esa es la cuestión.

De forma literal y no metafórica las promesas y su cumplimiento te dicen mucho del carácter de una persona y que tanto puedes confiar en ella; cumplir una promesa más que un acto termina convirtiéndose en un valor.

El valor de tu palabra, si bien hay promesas que son rotas incluso antes de hacerlas, yo quiero imprimirle valor a mi palabra y me prometí nunca más perderme de algo por quedarme dormida, lo sé, yo y mis ridículas tonterías, jajajajajajaja, tanto debate filosófico sobre las promesas, su duración y el valor que tienen para terminar con algo frívolo, pero como no tengo a nadie a quien prometerle nada, yo misma me hago promesas que trato de cumplir.

Por lo menos a mí sí me duele cuando no me cumplo algo que me prometí a mí misma.

Extraño, pero en estas fechas ya no puedo prometerle nada a nadie, más que a mí.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com