Filosofando

El malo no siempre es el malo de la historia, las apariencias engañan

Cuantas veces no nos han contado una historia, ya sean alguno de nuestros amigos, algún conocido, o, es más, hasta cuando vemos una historia en el cine o la televisión, siempre que nos cuentan una historia hay un personaje ficticio o real, que termina siendo el más malo de los malos. Es extraño como en todas las historias que escuchamos, además de buscar siempre una moraleja para aprender algo de ella, además, necesitamos tener una figura maligna, esa a la cual debemos achacarle todos los males, no solo del mundo y la vida, también nuestros males personales.

Por alguna extraña razón, siempre necesitamos encontrar e identificar una importante figura antagónica a nuestros héroes. Sí, porque no hay historia sin un malo, pero no se trata de solo ser el malo de la historia, se trata de encontrar al peor villano del mundo, ese que odiamos con solo oír su nombre y cada que alguien habla de ese personaje malvado, siempre se genera en nosotros intensas emociones muy viscerales que desatan nuestras emociones más intensas; pero, sabias que el malo de la historia, no siempre es el malo.

¿Lo habías pensando alguna vez?

Además, en esta loca e intensa vida, si lo piensas, seguramente tú eres el malo o la mala en la historia de alguien más.

Creo que nunca analizamos eso, porque nos gusta ver la vida en blanco y negro, claro, cuando nosotros estamos en el lado blanco o positivo de la historia, es ahí, cuando perdemos de vista que existen los claroscuros y hay muchas tonalidades de gris, en esto que llamamos vida.

Esto quiere decir, que, cuando están contándonos una buena amistad, un familiar, un conocido, o lo que quieras, cuando nos están contando una triste historia de amor, sobre como la otra persona hizo y deshizo toda clase de fechorías en su vida, cada que nos cuentan estas historias poderosas, además de concluir con el clásico “Amiga date cuenta”, además de eso, terminamos odiando por completo a la otra persona, catalogándola de supervillana, por lo que termina siendo el malo de la historia.

Ya lo dijo Ralph, ser malo no es malo.

Pero insisto, de verdad, el malo no siempre es el malo, y si bien, sí, una historia, dependiendo del cómo se cuente, puede hacer ver a alguien muy mal, hay que recordar que las apariencias engañas, y aun cuando alguien se comporta mal, esa persona tiene una historia personal sumergida en ciertas circunstancias que la llevan a actuar de esa manera que puede tacharse de reprochable, cuando se ve solo un lado de la historia, pero, al escuchar su propia historia y ver todas esas tonalidades de gris, bueno, cuando sucede descubres que ese villano, ese malo de la historia, más que ser ruin, solo es humano.

Solo hay que acordarnos de la historia de Malefica, claro, contada por Malefica, y es ahí cuando nos damos cuenta, de que un malo, realmente no es tan malo como se pensaba.

Esta experiencia de descubrir que un gran villano de la historia, en realidad no es tan malo, nos acaba de pasar a muchos con Cobra Kai, y mientras durante más de 3 décadas odiábamos con intensidad al villano de Karate Kid, resulta que hoy, cuando vemos que fue de él, muchos años después de ser el demonio del karate encarnado, bueno, hoy descubrimos que es una persona normal y al ver su historia descubrimos mucho sufrimiento en ella, por lo que, nuestro odio colectivo que duro décadas, bueno, hoy después de conocer más de cerca la historia del Sensei Johnny Lawrence, descubrimos que al que en verdad odiamos es a Daniel LaRusso, el clásico americano blanco que vive en privilegio, que se la vive haciendo y deshaciendo en la vida de los demás.

Esto nos lleva a que no siempre, la figura maligna que encontramos en una historia, no siempre es el malo, porque cada historia nos cuenta las razones de las maldades o bondades de alguien.

Ah, qué cosas, lo que uno aprende con la tele.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com