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El éxito del bingo digital no está en ganar dinero, sino en la interacción entre los usuarios

Todos alguna vez hemos estado atentos a que un número sea anunciado para completar nuestro cartón y gritar con mucha emoción ¡BINGO! Es una ley universal: pensar en bingo es pensar en diversión. El origen de este juego se remonta a la Antigua Roma, pasando por la Italia del siglo XVI y finalmente tomó forma en Estados Unidos durante el inicio del siglo XX.

Con el tiempo se convirtió en un juego insignia de los casinos que aún sigue contando con áreas de operación. No obstante, el avance tecnológico ha facilitado que entornos que no estaban en el mundo digital encuentren un espacio de uso. Así ha sido el caso del bingo.

“Es un tema de rentabilidad”, afirma Félix Arburola, gerente de Bingo de Strendus, plataforma de entretenimiento en línea. “Esta mudanza es un cambio natural que obedece a las exigencias del mercado. Para los casinos es más beneficioso contar con una oferta digital que atienda a miles de clientes que con salas físicas que sólo pueden encargarse de unos cuantos”.

La digitalización ya es casi omnipresente: desde sacar dinero de un cajero bancario hasta organizar una videollamada con familiares. El destino del bingo tradicional es la crónica de una muerte anunciada, pues el virtual favorece la comodidad del usuario. Aunque no todo ha sido miel sobre hojuelas. El target primario del bingo cantado son personas (sobre todo mujeres) arriba de los 50 años, quienes al ver que su sala favorita ha desaparecido han manifestado cierta insatisfacción.

El gerente de Strendus ve esta situación desfavorable como una área de oportunidad. “Mujeres más jóvenes de entre 30 y 40 años que también disfrutan del bingo, pero que no tienen tiempo de acudir a un casino, han empezado a adoptar al bingo digital como la alternativa ideal. Son ellas mismas las que luego le enseñan a sus madres o abuelas sobre esta opción, lo que aumenta la demanda”.

La desconfiguración del bingo tradicional y su expansión hacia el terreno digital ha creado una interacción social más sincera, contrario a lo que sucede en otros ecosistemas digitales donde se propicia el distanciamiento humano. El vocero de Strendus asevera que existe un factor muy importante que no sucede en otros juegos, pues las mujeres de más de 50 años viven en un ambiente donde los los hijos ya se fueron, las casas están un poco vacías y se siente solas, pero el bingo digital aleja a la soledad con un sencillo clic.

“Nos percatamos de que la relación entre usuarias dentro del juego era muy constante sobre todo por el chat. Se organizaban para entrar a la misma partida y hasta para asistir a actividades fuera del mismo. Esto genera un fuerte sentido de unión”, puntualiza el especialista.

Pronto el bingo digital se transformó en un entorno acorde a sus deseos, temores y afinidades, creando una nueva estructura comunicacional. Arburola recuerda que en una ocasión una jugadora preguntó por la mejor receta para hacer galletas con la intención de dárselas a sus nietos y el chat se inundó con cientos de  fórmulas.

El diseño de un juego debe tener en cuenta generar una experiencia psicológica y considerar qué es lo que piensan los usuarios. “Lo único que queremos es que nuestros clientes sean felices y que se sientan parte de una comunidad que siempre los estará apoyando”, proclama Félix.

Comienza a vivir la adrenalina que sí necesitas del entretenimiento en línea en una de las plataformas más importantes y seguras del país.

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