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El beso que me mato de la envidia

Bueno, bueno, no me mato, aquí sigo viva recordando uno de los besos más apetitosos y románticos que he visto en mi vida y yo sólo veía; pero esta vez fue diferente de los irreales besos de película sobre ensayados, esos besos artificiales que cumplen su cometido y te hacen babear deseando uno así, pero entiendes que eso es Hollywood y que se te antojo tanto no por el beso en si mismo, sino porque es tu estrella favorita y Brad Pitt te hace babear o le traes ganas a Angelina Jolie. Es algo a lo que todos ya estamos acostumbrados a babear por los besos cachondos de los famosos, pero otra cosa bien diferente que no es justa y debería estar penada con cárcel, son esos besos apasionados que vez mientras vas caminando por la calle y dos chicos se traen tantas ganas, que eso se traduce en un beso que te mata de las ganas y yo soltera, carajo, ser testigo de esos besos puede ser fatal, pero lamentablemente no lo son y sobrevives para recordarlos día tras día.

Mta maldita, maldita sea.

El beso que me mato de la envidia

Un beso que pareciera tomado en cámara lenta, mientras todos pasamos a prisa en un instante de tiempo se fracturo y ese amor o intensa pasión hizo que el tiempo caminara diferente para que todos aquellos que pasarán durante esa fracción de segundos y contemplaran un beso tan perfecto y magnifico, que solo podía hacerte infeliz al contemplar la felicidad de otros.

Irónico, pero como dice el dicho popular no “comas pan enfrente de los pobres”, es cruel hacer algo enfrente de alguien quien carece de toda posibilidad real para disfrutar de eso.
Además mendiga envidia que no me mato, desgraciadamente, y me hizo mirar con tristeza a esos dos amantes cuyo amor era tan grande que se envidiaba, gracias a esos dos recordé todo lo que me falta en la vida y a lo que le estaba huyendo, tal vez por eso una envidia mortal recorrió todo mi cuerpo para recordarme que yo no tengo un amor así.

Mientras estas dos personas detenían el tiempo, mientras se recargaban en el barandal de las escaleras, todos dejamos de correr para disfrutar aunque sea de forma indirecta de ese tierno abrazo y ese gentil beso, que le robaba suspiros a todos aquellos que ponían atención a esa escena tan romántica. Un beso con un ritmo propio, un beso tan cálido y tierno que te hacía sentir un inmenso amor por él y por ella, un beso memorable que no expresaba deseo carnal sino amor.

Yo creía que eso era imposible y que son cosas que uno lee en las grandes novelas románticas, pero hasta que eres testigo de un beso así, puedes comprender que todas las letras escritas y dichas se quedan cortas tratando de explicar las emociones que se plasman con un simple gesto.

Un gesto que puede detener el tiempo, en plan efectos especiales de matrix.
Lamentablemente ahora sé que existen y no son solo mitos.

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Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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