Desvelándome con Sandy

Y rápidamente me acostumbre a la excelente compañía, largas pláticas y noches intensas de risa; solo me basto una semana, breve muy corta pero sumamente intensa semana para acostumbrarme a la buena vida de Houston, pero lo mejor de todo esto era la compañía de Sandy una de las mexicanas radicadas en ese condado de Texas más amables, hospitalaria, graciosa, espontánea y llena de chispa que jamás haya conocido antes.

Ah decir verdad en todo México, y me la encontré a muchos miles de kilómetros de distancia a esta gran persona y gran ser humano, que no solo me recibió sino que hizo de mi estancia la mejor, hizo de 6 días de viaje de trabajo en las mejores vacaciones.

¡Mta madre como extraño a Sandy y a Munchis!

Rayos, como extraño también a ese hámster gigante; Munchis y no lo digo porque sea un hámster radioactivo o súper desarrollado, más bien es un puerquito de guinea, pero para mí era un hámster grandotote que fue parte del chiste local de toda la semana y nos arrancó muchas carcajadas.

Pero saben que es lo más feo de regresar a la rutina, al trabajo y a la monotonía diaria es que por las noches me hacen falta las pláticas con Sandy y compañía, sobre todo y sobre nada, disfrutando, riéndonos y desvelándonos hasta las 6 am con todo tipo de pláticas extrañas que solo tienen cabida entre las 12 y 6 am.

Desafortunadamente la distancia me separa de Sandy y Munchis, pero los lazos, la amistad y el cariño que surgió durante 6 días fue muy fuerte, así que seguiré dándole lata a Sandy de perdis en Facebook, porque aunque nos separen las fronteras, distancias o kilómetros el cariño, las risas, y los recuerdos permanecen siempre en el mente.