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¿De qué lado de la cama duermes?

En esta vida hay pocas cosas que me gusten tanto como dormir, por ello confieso que no solo soy una entusiasta de tomar siestas, de descansar mucho tiempo o dormir muchas horas; no, mi pasión por descansar es más que un compromiso con mi salud o una necesidad fisiológica, un gusto.

Me gusta dormir, me gusta soñar y podría pasar todo un invierno, pero en verano y otoño, en plan oso invernando, digo durmiendo; podría hacerlo, estoy segura.

De mientras me conformo con dormir doce horas, mínimo, que por cierto, no me pongo de mal humor si no duermo tanto, no, eso no me pasa, creo; pero definitivamente si no duermo ese montón de horas me siento muy, muy cansada, no importa que me duerma temprano o tarde, necesito estar en esa cuota de horas de sueño para no estarme durmiendo en mi silla o andar bostezando todo el día.

Por ello siempre he creído que dormir es un placer, es un ritual, que involucra muchísimas cosas:

Primero que nada, mi bella, deliciosa, rica y confortable cama. Una que defiendo de invasores extraños, porque mi cama, no solo es mi cama, es mi recinto dentro de mi cuarto. Esa es la razón por la cual, cuando alguien en mi familia decide ir a dormir un rato a ella, me pongo algo irritable en plan los osos de Ricitos de Oro, y digo muy molesta “alguien durmió en mi cama”, justo antes de ponerme en plan violento, en plan oso grizzli salvaje, para comerme viva a la persona que decidió tomar una siesta en mi cama.

Segundo, soy una loca creyente de que los sueños transmiten mensajes, un punto que he dejado muy claro con el paso de los años.

Tercero, me gusta dormir, mmmmm, ese punto podría contar como un cuarto, quinto y hasta sexto, me gusta mucho dormir.

Así que cada que me voy a la cama, siempre me quedo pensando en ese ritual, eso que sucede cuando duermes, cuando planeas visitar el mundo onírico de los sueños para disfrutar de hermosos sueños u horrendas pesadillas, todo depende de ti.

Pero esto de irse a la cama, cuando duermes, encierra muchas, muchas cosas; por ejemplo, sabias que la postura en la que duermes con tu pareja dice mucho de tu relación, si estan felices, enojados, molestos, se odian o se aman. Sí y todo eso lo sabes cuándo duermes, mmmm, bueno en realidad las posturas que tomas cuando duermes con tu pareja, son las que te delatan.

Ven, la hora de dormir no solo te abre un paso al subconsciente mediante los sueños, sino también refleja cómo te sientes.

Aunque bueno, no solo están los sueños o la forma en la que interactúas con la persona que está a tu lado cuando duermes, no, también hay otras cosas que dicen mucho de ti, por ejemplo los ronquidos. Ok, los ronquidos además de decirte cosas sobre tu salud o respiración, lo que dicen es que nadie va a querer dormir contigo, no sé tú, pero yo odio la gente que ronca, de verdad.

Por eso cada noche antes de dormir, agradezco hacerlo sola, en mi cama, en mi deliciosa y rica cama individual; a veces me acuesto en medio, a veces de lado, a veces en lado izquierdo, a veces en el derecho.

Todo eso me dio curiosidad, porque me puse a recordar como todos tienen un lado preferido en su cama, digo, eso es lógico cuando tienes que compartirla y vas a tener tu preferencia de si quieres estas durmiendo en el lado derecho o el izquierdo; lo gracioso sucede con las personas que solemos dormir solas, siempre, ¿Por qué escoger entonces un lado de la cama?, ¿por qué?, lo he pensado y si tuviera una cama matrimonial, en vez de una individual o hasta una King size, no dormiría de un lado, yo dormiría en el centro, hecha bolita y toda cubierta de almohadas.

Estar solo cuando duermes, significa comodidad y no tener que elegir un lado de la cama.

Pero si así fuera, dime ¿de qué lado de la cama duermes?, ahora lo extraño es cuando te acostumbras a tu lado de la cama y no te toca ahí, es en ese momento, cuando no puedes dormir, por eso la lección valiosa del día de hoy, es dormir en medio, preferentemente sobre el lado izquierdo, dicen que eso tiene muchos beneficios para la salud.

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