Danza tribalera, a mí si me gusta

Y si ya van a empezar con los descalificativos y saltarme a la yugular para desangramerla por escuchar danza tribalera, me vale, a mi me gusta y no por eso soy menos persona, además no los obligo a escucharla, lo hago en la privacidad de mis audífonos y obviamente no hago desfiguros intentando bailarla.

Pues que, cada quien tiene sus gustos culposos y no solo en música, naaaaaaaa, también tenemos nuestros placeres innombrables en otras áreas y disciplinas como lo son las artes escénicas, osea novelas o series, artes gastronómicas, osea todo tipo de porquerías y comida chatarra, amigos diferentes, osea vagos que solo te quitan tus cosas, gustos por hombres maduros, osea cretinos misóginos, jajajajaja, ok, tal vez solo sea yo. Pero todos tenemos algún trapito oscuro, o más bien tenemos cierta adicción por cosas extravagantes y quienes somos los demás para señalar esos gustos. Obvio, no es bandamax ni regueto, es danza tribalera, todo un nuevo genero de la cachondez.

Además no es mi culpa, es culpa de mis caderas, ellas reaccionan como con voluntad propia, no le preguntan a la mente que opina sobre este tipo de música, o la letra de la canción, solo se mueven en círculos de aquí para allá, no es mi culpa, es como si fuera una enfermedad contagiosa que hace que me mueva en compas en círculos y hacia abajito, despacito, mientras bailo el paso de la cumbia tribalera

Ya es costumbre que cada que hablo sobre un grupo o una rola, les hable de su trayectoria, de su historia, de los ritmos en los cuales se basa, pero la danza tribalera no tiene background, jajajaja, no hay tela de donde cortar para hablar sobre este genero o sus representantes. Así ni como quejarse o algo bueno que decir del “el pelon del mikrophone” más que decir, me gusta y a secas, por que me gusta bailarla, es contagiosa.