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Curiosidades en la vía pública: Google Street View y el Camión de PlayBoy

Nunca les ha pasado que tienen una vida tan aburrida, común y predecible que se la viven aburridos esperando a que un milagro suceda y los saque del aburrimiento, literal, sólo están esperando a que algo fuera de lo común y extraordinario suceda para sacudir su aburrida existencia.

No de ustedes, pero a mí me pasa muy, muy seguido, si bien podría pensarse que mi vida es súper divertida, llena de glamour y rodeada de cosas increíbles, pues no, la verdad no, y el día de hoy estar parada en un salón lleno de la elite del mundo editorial de la moda no me hace feliz. No.

Es de esas cosas que suceden, a las que tienes que ir de forma mecánica y automática, para hacer simplemente un trabajo más, digo, tal vez para alguien suene divertido estar en el epicentro de la moda, pero para mí no lo es tanto, es un trabajo, uno que ya se volvió ciertamente monótono, estresante y hasta cierto puro vacío y no porque considere esta actividad, hablando de la moda, como algo vacío, sino porque creo que el preludio que lo rodea, eso es lo aburrido y vacío, en fin.

Creo que este y muchos motivos más, o mejor dicho actividades, se han vuelto monótonas me hacen estar con los ojos bien abiertos a la espera de un milagro, de ver algo único, singular, irrepetible y fantástico; para encontrar mi nueva siguiente y mejor historia. Ya saben, yo soy coleccionista de historias, y habiendo visto tanto, habiendo vivido mucho estoy a la espera de algo nuevo que me sorprenda, algo que me haga abrir bien grande los ojos, tomar mi cámara y escribir esa gran historia, esa que es digna de contarse, una historia que no sólo a mí me sorprenda, sino que de forma colectiva sorprenda a todos, pero eso ya no pasa tan seguido, es más, ahora encontrar algo magnífico es casi tan difícil como encontrar un milagro, un oasis en un desierto, algo sorprendente en medio de lo cotidiano, algo o alguien con una historia que sobresalga de un mar de voces sordas.

Eso nunca pasa, o es muy raro, y a pesar de que voy por la calle poniendo toda mi atención y mis sentidos, por no decir también empeñó en encontrar algo magnífico, simplemente no pasa, es lo mismo, de lo mismo, de lo mismo, tanto que término defrauda por mi búsqueda de toparme con algo nuevo.

Ese sentimiento de estar a la búsqueda de algo que no encuentro es horrible, o igual y esta ciudad se hizo mega común o tal vez ya lo he visto todo, por eso mi capacidad para sorprenderme ha desaparecido, porque todo se ha dicho o ha sido contado.

O eso creía y cuando pensé que ya no había nada nuevo que descubrir, paso lo inexplicable, algo extraño sucedió, algo fortuito y casual sucedió por una fracción de segundos, como el cometa Halley en medio de la Ciudad de México.

Así fue como el sábado por la noche me encontré el autobús de Playboy, claro, para hacer más sorprendente ese descubrimiento nocturno en medio de Reforma, la gente que iba en el camión estaba más aburrida que yo, lo cual hizo más sorprendente ese descubrimiento, si los máximos fiesteros del mundo, andaban en plan turista en el turibus, eso es un síntoma de algo.

Ese algo que yo estoy diciendo.

Ya todo está dicho o hecho, o eso creía hasta que me encontré el camión de Playboy, lleno de gente aburrida, pretensiosa que cuando vieron que estaban frente a Yes, la máxima blogger mexicana se pusieron a echar relajo, pero demasiado tarde y esos 5 segundos que los vi con cara de aguados, se quedaron grabados en mi mente, por desgracia suya, nunca saben cuándo se van a a encontrar con una bloguera de alto perfil, jajajajaja.

Y justo cuando me había dado por vencida en mis descubrimientos, descubro el camión de Playboy y unos días después me encuentro el coche de Google Street View, eso no es coincidencia y mi petición por algo de acción, algo fuera de lo común fue escuchada.

No son curiosidades o casualidad es la respuesta que estaba buscando.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com