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Cuándo tienes atorada una canción en la cabeza

Todos hemos estado ahí: te despiertas por la mañana, te das una ducha, y de repente, bingo, tu cerebro decide que es el momento perfecto para repetir esa melodía pegajosa que no puedes sacudir. “Despacito” o el último hit de tu artista favorito, no importa; una vez que una canción en la cabeza se establece, es como una pequeña plaga que se niega a irse. Así que, ¿cuándo te das cuenta de que estás atrapado en esta tortura musical? Vamos a descubrirlo.

El momento del despertar

Primero, hay que hablar sobre los días en que comienzas con el pie izquierdo. Te despiertas y, en lugar de estar en modo “¡Qué hermosa mañana!”, tu mente se reproduce la canción en la cabeza más molesta. ¡Gracias, subconsciente! Así empieza tu día: en lugar de preparar tu café con tranquilidad, terminas perreando mientras intentas recordar si esa letra dice “la la la” o “bum bum bum”. ¿Quién necesita café cuando tienes una canción en la cabeza que te cafeína más rápidamente?

En la ducha, en el transporte público o en clase

Luego, viene el ritual de la ducha. Piensas que el vapor y el agua caliente te liberarán de ese bucle; pero no. La canción en la cabeza se intensifica, y ahora estás dándote un concierto privado. Si alguien te escucha, es posible que piensen que tienes un club de fans en la bañera. “¡Felicidades, ganaste un Grammy por tu interpretación de ‘La Bici’ mientras te enjabonas!”

Tal vez decides darte un respiro y salir. Te subes al transporte público y, por más que intentes concentrarte en lo que vas a hacer durante el día, la canción en la cabeza sigue ahí, rebotando como una pelota de ping pong. Tratas de hacer desaparecer a la canción en la cabeza con tu lista de reproducción personal, pero cada vez que le das play, la música que elijes solo parece hacer eco del infame loop. Como si el universo dijera: “¿Quieres un clásico? Aquí tienes otra dosis de tu tormento”.

La desesperación del “no puedo”

Entonces, llega el momento de la desesperación absoluta. Empiezas a pensar en esa canción en la cabeza de manera obsesiva. Buscas en Google “¿por qué tengo una canción en la cabeza?” Es como si estuvieras buscando la cura para un virus. Encuentras un artículo sobre la “Psicología de las Canciones Pegajosas” y, tras leerlo, te das cuenta de que hay cosas peores en la vida, pero en ese preciso momento, ¡nada importa más!

¿Y qué pasa en la escuela o el trabajo? No puedes concentrarte. Eres capaz de escribir un ensayo sobre “La Revolución Francesa” pero en vez de eso, acabas escribiendo la letra de tu canción en la cabeza en tus apuntes. Y ahí está tu profesor, mientras tú, lleno de vergüenza, tratas de ocultar tu infracción a las reglas básicas de la atención.

La salvación: cantar

Al final del día, ¿cuál es la solución para deshacerte de esa canción en la cabeza? Puedes intentar cantarla. Así, no solo le das un cierre a ese ciclo de tortura mental, sino que, divertido o no, puedes descubrir que tienes un talento oculto. Quizás incluso haber estado atrapado en ese loop musical sea la llave para tu futura carrera como cantante. ¡El mundo necesita saber de tus dotes! O simplemente, puedes encontrar un tema nuevo que te apasione y hacer el intento de reemplazarla.

Así que, la próxima vez que te encuentres con una canción en la cabeza que no te deja en paz, tómalo con calma. Forma parte de la experiencia humana y, seamos sinceros, puede llegar a ser hasta gracioso. A fin de cuentas, estamos todos en el mismo baile, tratando de quitar esa melodía pegajosa de nuestras cabezas. Así que levanta la mano, respira hondo y canta como si nadie te estuviera escuchando. ¡Es solo una parte más de nuestra locura musical!

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Yes
Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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