El otro día leía, curiosamente en un meme, que las personas deberían ir más al psicólogo y hacer menos catarsis en Facebook, sonará gracioso, pero es muy real, y ahora todos usan esta plataforma social para exponer su lado más humano, más salvaje, más emotivo y hasta doloroso; es curioso, pero con el Face llego la era de la catarsis personal publica haciendo popular y socialmente aceptado vaciar nuestras ideas más radicales o hasta dolorosas sin filtros, uno simplemente comparte.
Tal vez sea culpa de Facebook, que nos anima y nos envalentona para publicar sin discreción todo lo que estamos pensando.
Seguramente la culpa es de Facebook, que siempre nos está cuestionando sobre lo que sucede en nuestra vida.
Tal vez por eso empezó a hacerse público lo privado, porque antes a nadie le interesaba y mucho menos te preguntaba qué está pasándote, pero ahora Facebook, en su estatus de psicólogo digital nos alienta a exponer al mundo todo aquello que guardamos, por lo menos antes, en silencio.
Ah, este mundo cambio por completo con el nacimiento de las redes sociales, las cuales, en un inicio se veían como superficiales, vacías y vertederos de nuestras emociones e instintos más básicos, ahora, siguen siéndolo, pero evolucionadas y más sofisticadas, para compartir en ellas indirectas muy directas sobre lo que nos molesta o inundar nuestra red con memes que reflejan claramente nuestro estado de ánimo.
Es curioso como un meme paso de ser un chiste gráfico, o la forma en la que nos expresamos, y a veces es mucho más, ya que con los memes decimos cosas que no nos atrevemos a decir, y además de los memes aprendemos mucho de la vida.
No sé si eso debería asustarnos, digo, aprender a vivir gracias a un puto meme esta del carajo; pero también, los memes son válvulas que permiten liberar la presión que una persona siente, e incluso terminan convirtiéndose en reflexiones, con mucho humor negro, que nos hacen pensar.
Tengo sentimientos encontrados por los memes, y sigo intentando deliberar si esto es bueno o malo.
Pero lo que es un hecho, es que los memes que compartimos en nuestra red social, dicen mucho sobre nosotros.
Actualmente si quieres conocer a una persona, entender como esta su estado emocional, o incluso sus relaciones personales, solo tienes que entrar a sus Facebook y analizar lo que comparte. Ahora, no es que tengas que hacer un psicoanálisis profundo, y los memes que una persona llega a usar y compartir son bastante directos, no esconden nada y dicen mucho de la persona que los comparte.
Eso se me hace muy curioso, porque en la vida offline, la vida física, pasamos y mucho tiempo ocultando nuestros miedos y debilidades, para dejar de forma personal nuestra ideología más básica y tal vez, solo tratándonos mucho se podría llegar a saber de nosotros; pero esa magia del misterio se rompa y solo hay que entrar a Facebook para ver que comparte esa persona para descubrir de cual pie cojea, aquello que lo hace radical e inclusive uno termina enterándose de sus relaciones amorosas y familiares, solo mirando los memes que comparte esa persona.
Irónico el que una persona pase mucho tiempo creando una proyección personal que se rompe, entrando al Facebook, que delata y evidencia nuestras emociones más básicas.
Tal vez el meme tiene razón y hay que ir más al psicólogo en lugar de hacer catarsis en face.