Filosofando

Cuando no te invitan a una fiesta

Cuando eso pasa, cuando no te invitan a una fiesta KEEP CALM.

Puede que seas híper mega antisocial, que te cague la gente y la simple idea de ir a una reunión social o fiesta te de urticaria; pero incluso a ti, un ermitaño declarado, te puede el hecho que no te inviten a una fiesta a la que querías ir.

Obvio, si no te dicen nada o no te quieren invitar a algo que te da urticaria, de alguna forma te hace feliz y te quita el estrés social; pero cuando es algo que si quieres hacer, un evento al cual si querías asistir; en ese momento tu inadaptado yo viaja al pasado para vivir uno de los peores déjà vu´s de la vida cuando no te invitan a una fiesta.

Y bien puedes tener 10, 20 o 30 como yo, no importa la edad cuando no te invitan a una fiesta, a la fiesta a la que querías ir, es como para ponerte en posición fetal y rodar por tu cama mientras lloras desconsolado o desconsolada.

Es de esas pocas cosas en la vida, que a mí en lo personal me recuerdan cosas o mejor dicho emociones muy feas en la vida; malditos traumas de la infancia, años en los que nunca me querían invitar a ningún lado y más bien era yo tratando de colarme, pegarme y auto invitarme a esa fiesta a la que tantas ganas tenía de ir.

Aunque en mi caso era 3 niveles más patéticos de lo normal, ya sabes, normalmente la gente normal, cuando le tira a ñoña, no es muy bien recibida y la gente no quiere estar cerca de esas personas y aun así los ñoños tenían más chance de ser invitados a cualquier lugar antes que yo.

Te imaginas lo que te digo, un ñoño tenía más chance que yo de tener vida social e invitaciones a diversas fiestas; en mi caso nadie me quería invitar, algo así como en la película Al Diablo con el Diablo, y el personaje de Elliot, ese que todos querían evitar y siempre buscaban la forma para deshacerse de él en las reuniones, así era yo y nadie, nadie, nadie me quería en sus fiestas.

Aclaro, no a todas quería ir, pero había algunas en las que mis amigos eran invitados, todos menos yo, en esos momentos sentía un deseo profundo y un gran anhelo por ir yo también.
De hecho uno de mis traumas más grandes, esos que guardo en un rincón oscuro de la mente es en la secu, en la fiesta de XV años de Paulina, la chaparrita cuerpo de uva, bueno, así le decían.
Por cierto crecer en los noventas fue muy raro, pero prosigo con mi gran trauma de la infancia adolescencia.

Pues resulta que esa niña invito a todos mis amigos excepto a mí, lo cual termino en una estrategia infructuosa y desesperada de yo rogando para poder ir, primero con mensajes sutiles y casuales hasta llegar a lo desesperado y lastimero; pero esa experiencia extraña resultó en NO te voy a invitar, me hizo más valiente y nunca más en la vida, nunca, nunca, nunca más volvía a solicitar que me invitaran a algo, si me invitan que bueno, si no a la chingada.

Esa fue la lección de vida que aprendí en ese momento, sin embargo nunca olvide el sentimiento de no ser requerida en una fiesta, y quedo en mi grabado ese feo sentimiento cuando no te invitan a una fiesta.

Supongo que hay que entender que las cosas pasan por algo y si tal vez ese algo no era parte del plan del universo, termina convirtiéndose en una lección de vida sobre el rechazo.

Y una que nunca debes olvidar, porque si bien en mis años mozalbetes no tenía muchas invitaciones, ahora eso cambio, y soy una persona requerida en estos lugares. El problema surge cuando no te invitan a una fiesta en el presente, entonces el pasado se materializa como un hechizo macabro del tiempo.

Eso fue lo que me paso, cuando todos, todos, todos fueron invitados al estreno de la película del año; todos menos yo.

Yo sé que no soy monedita de oro, y ya puedo lidiar con el hecho de que no tengo acceso VIP a todas las películas, pero cuando los que siempre me invitan de repente dejan de invitarme, duele tanto, como cuando no me invitaron a la fiesta de Paulina.

Supongo que a todos nos pasa, a mí, a ti y a todos y tal vez no sea una función de cine o los XV años de Paulina, pero todos tenemos negada la invitación a algo que si queríamos hacer.

Después del tercer mail lastimero solicitando información, para que me invitaran; después de eso la frustración me hizo comprender que a veces simplemente no nos van a invitar a esas cosas que si queremos hacer, y es parte de nuestro crecimiento interno lidiar con esos sentimientos en vez de encerrarlos en un rincón. Ah y comprar tu boleto de cine sin andar de pinche rogón.

Yo por ejemplo además de lidiar con el rechazo, me puse a valorar mi dignidad propia como persona y como un medio de comunicación y entendí que no tengo que estar rogándole a nadie por una invitación, tan fácil que compro mi boleto de cine y ya, tan tan.

La misma postura deberíamos tener pasa todas aquellas fiestas a las que no quieren invitarnos.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

13 comentarios en "Cuando no te invitan a una fiesta"

  • Me gustó tu artículo. Tengo 15 años, en mi clase una compañera iba a festejar sus XV años (festejo que aquí en Argentina es bastante popular), y digo iba porque fue anoche, la cuestión es que nunca pensé que no me fuera a invitar ya que tenemos una buena relación de compañeras y creí que teniamos buena onda, por lo que invitó a la mayoría de mi curso (y digo mayoría porque 2 no iban a asistir porque eran unos pobres diablos, ni populares ni mala onda), en toda la semana hasta el sábado que era el día de la fiesta mis compañeras mencionaban el look que iban a llevar y yo ahí como esperando que diera una explicación de porque no me iba a invitar. Yo entiendo cada quien invita a quien quiere pero algunos de los que invitó no son íntimos amigos como para decir que invitó a sus “amigos”. Su mediocridad e hipocresía me dieron dar cuenta de que no debo ser tan buena con todos y es una lección que debi aprender; no debo esperar nada de nadie, ya que el día de mañana seguiremos llevándonos bien pero siempre habrá esperarse chispa de “ya no te aprecio como antes”. Al diablo con todos, y a pensar en mi. Estoy como una estúpida pensando que voy a hacer mañana cuando todos hablen y chusmeen de quien se beso con quien (porque esperar sanos esperar sanos lo que a la mayoría les importa, la fiesta,el alcohol y l@s guapos que había) y yo ahí sin opinar porque quede excluida. Me quedo con tus palabras “me puse a valorar mi dignidad propia como persona y como un medio de comunicación y entendí que no tengo que estar rogándole a nadie por una invitación”. Beso

  • perdón si no entiendes algunas palabras es el autocorrector jaja besoo

  • Lo se yo tengo 16 años y hasta ahora no me han invitado a ninguna reunión o fiesta por el estilo , me siento la verdad muy mal , yo no tengo muy buena relación con las personas del colegio , y pa remate soy timida, además de que las amigas que tengo las veo muy espaciado y al menos ellas han han ido a varias fiestas y bueno yo que estoy mas sola que un hongo y la no es por victimizame es la verdad aunque suene fatal pero es la verdad

  • No imagine que me sentiríaa tan identificada con esta historia y los comentarios de Maria y Angie.
    Tengo 16 años y no fui invitada a una fiesta que en mi salón paran hablado de ella, es el cumpleaños de un compañero que me trata bien, no somos tan cercanos pero no entiendo el porque no voy si mi otros con los que me lleve si van, y no creo que es porque sea nueva, porque ha invitado a unos nuevos también. Y se que es una perdida de tiempo que me sienta mal, pero no puedo evitar que esa idea ronde por mi cabeza, se que no soy un pan de Dios, y que puedo tener mi mal humor de vez en cuando, pero considero que a ese compañero que no me invitó, no le hice nada malo que no le halla pedido disculpas después. En fin, tu historia me ayudo a no sentirme tan mal y que no me esfuerce en encajar con personas que no valen la pena, porque amigos de él, me han echo daño sin que yo les hubiera echo uno antes.

  • Llegué aquí, porqué tengo un “amigo” que hizo hará un carrete(fiesta) hoy en su casa, yo hablo bastante con él, mucho mas que lo que habla con mi mejor amiga, sin embargo, a ella la invitó y a mi no. Creo que le surgió la posibilidad de invitarla ya que se encontraba con otra chica que también es amiga de mi “amigo” y las invitó a las 2, ademas de otra gente, entre esos, TODOS, mis amigos mas cercanos… yo no soy un persona tímida o excluida, hablo muy bien con todos y me daría cuenta si alguien me tiene mala, pero no es el caso, tengo varios amigos y amigas pero esto me hace dudar, me siento muy mal, con ganas de llorar, pero no porqué no recibí invitación, si no por el hecho, el sentimiento de ser apartada. Ya me habia pasado antes, pero con la gente que no es tan cercana a mí..

  • Lo que hago es dejar de usar wattsapp, mail, entre otras cosas. Si no soy capaz de que me inviten a una fiesta, no veo el sentido de usar algo nunca me servirá salvo para lo académico. Además, con esto, me evito el drama de que crean que trolleo e insulto a la gente de la web(como el estereotipo)

    No mato, no robo, no violó, etcétera y aun así veo que hasta los delincuentes más depravados tienen vida social. Mi política de 0% cuentas es lo que cualquier persona decente que está en la situación de no vida social debería hacer y con esto incito a que a todos los que estén es esta situación dejen de usar teléfono y mail.

  • Yo he estado en mi grupo de fiesta como por un año que se conforma por mis amigas de la escuela y unos amigos de otra escuela y últimamente hacen fiestas a las que no me invitan ni a mi ni a algunas amigas más y nse por que es la razón, si yo llego a hacer una fiesta invito a todos si o si

  • Yo, en toda mi vida, nunca he ido a una fiesta o un compartir entre los chicos y chicas del colegio. Antes si me invitaban a sus cumpleaños y así, era muy pequeña, pero mi madre nunca me dejaba ir y por eso con el tiempo dejaron de invitarme ya que nunca me dejaban ir. Ahora que se se puedo ir, y que tengo mis 17 años, no me invita nadie; hablan a mi lado de la fiesta y todo, como si no estuviera. Yo la verdad que no me molesto mucho, ya que nunca fui a una fiesta de esas. Pero si me entristezco como cualquier persona al saber que no te invitaron a la fiesta de despedida de curso solo por que no vale la pena y todos te desprecian. Oye, que ni siquiera quieren hacer de compañeros conmigo al momento de regalar a alguien de la clase en San Valentín. Patético, verdad?

  • A mí no me pasó directamente pero si a familia muy cercana y no se si aplique para este contenido, hace unos días a estos familiares les llegó una invitación que más bien era una desinvitacion por WhatsApp, la desinvitacion decía que dos personas se iban a casar, que los hacían partícipes de su unión, que harían una reunión pero que no estaban invitados. La familia de una de las partes de los novios son o eran personas bastante cercanas a la familia, de esos personajes que adoptas como familia. Cabe señalar que aquí no se usa eso de que te informen para que no vayas (cosas que ellos dijeron que usaban, pero misteriosamente fue la primera vez que lo usaron por lo menos con mis familiares) y la verdad yo que no fui invitada o desinvitada me sentí mal me imagino que sintieron ellos. Es bastante claro que cuando no te invitan a una reunion es por qué no fuiste muy importante en el momento pero ¿Es correcto hacerte llegar una desinvitacion?

  • Bueno, tal vez, esta desinvitación fue por tiempos de covid

  • se que te va a sonar muy estúpido y todo, (va, al menos a mi me suena estúpido) pero resulta que me acabo de enterar que el sábado uno de mis mejores amigos va a hacer una reunión con todos los que les caen bien. Si, no me invito y me siento estúpida al estar triste por eso ya que cada uno elige al que quiere, no? pero el es mi mejor amigo, y es más, hasta a la chica nueva insoportable invito (no es por ser ortiva, pero es la verdad, es una rompe bolas). Pero tampoco es que vaya a hacer algo por eso, quizás haga de cuenta que no escuche nada y cuando este en mi casa me haga un bollito y me ponga a pensar en que tan insoportable soy como para que eso pase. No me queda de otra, pero bueno, supongo que mientras todos se están divirtiendo y pasándola bien yo voy a poner ‘Sábado a la noche’ y dejar que la música cure las penas.

  • Este primer escrito se titula: “Te funamos sin decirte”.
    ¿Has sentido alguna vez que tus amigos te han dejado de lado? De repente se juntan sin decírtelo, no te llaman a las reuniones, e incluso, cuando viven en otras ciudades, no les importa avisarte que han llegado a la tuya. Al principio no sentías la diferencia, especialmente cuando eres una persona introvertida y/o volcada en los estudios: Siempre mantuviste alguna distancia, aunque no un mal trato ni un desinterés hacia a ellos, sino una soledad auto impuesta predominante.
    Especialmente en un período de pandemia (observación poco práctica para el período normal de la vida) la distancia es menos notable. Encerrado o encerrada en casa no notas que algo pasa.
    Eventualmente te das cuenta: Han pasado meses, tu última conversación fue con tu novia(o), quien, enojad(a) contigo por una discusión relativamente importante, no te habla desde hace un par de semanas, y te preguntas: ¿Y qué pasó con todos mis amigos? Y, como dije, no es que no lo notaste antes, sino que ahora se hace más evidente.
    Haces el recuento: ¿No los ayudaba yo en clases? ¿No había algunos a los que les presté dinero en momentos complejos? ¿No fui siempre cordial? ¿Acaso no salíamos y nos reíamos todos juntos? Y entonces dejas de comprender del todo qué es lo que sucede. ¿Habré hecho algo desagradable o socialmente imposible de perdonar?
    Así que repasas una lista de cosas: Si se te escapó un gas debido al colon irritable, si hiciste un comentario sexualizando a una persona de tu interés, si te comportaste de una forma lasciva o le faltaste el respeto a alguien, si abriste la boca más de lo necesario contando algo personal de ti o de otra persona, y continúas. Quizá confundiste la confianza con ser imprudente. Vamos, que tú conoces tus puntos débiles.
    Sin embargo, la duda queda sin respuesta, porque, ante el silencio y la distancia, siempre es más maduro y sabio reflexionar y pensar; “Bien, es que, seguro solo estoy imaginando cosas, probablemente cuando el momento correcto llegue, podremos relacionarnos como antes para vernos”; porque es mejor no generar conflictos del aire. Esperas ese momento, con la indiferencia de siempre que conlleva tu independencia, y con el cariño que les tienes, y con la ilusión de tu parte más básica de ser humano, la de ser social; aunque sin contársela a nadie.
    Luego de dos años, una de las que eran tus amigas más cercanas te escribe: “Oye, necesito ayuda con la tarea de análisis de datos”. Se vuelve evidente que no tenía problemas de conexión a la red, y tampoco había perdido tu número de contacto. Decides ayudarla la mitad: le dices donde está la materia necesaria para hacer el trabajo, pero no cómo hacerlo.
    Gracias a las redes sociales, las personas no se molestan en ocultarle todo a todo el mundo, algo que denota la indiferencia con la que la que pueden tratarte, algo de insensibilidad o incluso de desprecio. Ha llegado el momento tan especial de juntarse: Primero una foto en la parada de buses de tus “amigas”, luego una foto de un vaso de alcohol, luego un par de compañeros que también conoces y pizza, y luego es una noche de fiesta que no es ni solo del sexo opuesto ni tampoco de estudio, ni restringida; pero nadie te ha invitado. Si incluso has manifestado anteriormente tu interés en reunirte; ¿Qué más podría significar que un claro desprecio por tu persona?
    Todos sabemos que hay reuniones donde preferimos juntarnos con unas por sobre otras personas, pero ¿luego de no habernos visto por dos o más años? La última vez que nos vimos creí que éramos amigos. Pero durante el periodo de aislamiento, pude suponer las siguientes hipótesis:

    1) Me estaban ignorando a propósito porque hice algo socialmente indebido.
    2) Mi amistad y presencia les es indiferente y no provoco ningún impacto en su círculo social.
    3) Se les olvidó que existo y por simple coincidencia no me hablaron durante casi dos años.
    4) Le hice daño a alguien sin notarlo y esa persona no quiere que asista.
    Las dos primeras me parecen más probables por razones evidentes, y por sobre la cuarta, dado que nunca he intentado ofender a nadie y creo, que no he tenido conversaciones lo suficientemente agrias con las personas como para herirlas; y de haberlo sabido, me disculparía.
    Lo anterior me llevó a sacar las siguientes conclusiones:
    Primero, gran parte de las personas es muy cobarde, y esto no lo digo solo por esta situación; sino porque es una constante que he podido apreciar. Las personas no suelen decirte lo que piensan de ti a la cara, la razón no la sé, quizás puede ser porque es conveniente tener más fichas de su lado, o quizá también es porque personalmente los intimidas. No significa que necesariamente te despedacen socialmente, al menos no a boca de todos, pero si significa precisamente todo lo narrado en este breve documento: Reuniones y buenos momentos que deciden no compartirte.
    Las personas que somos más ingenuas, demoramos bastante en toparnos con esta cara de la vida social, y si a diferencia de los demás, eres alguien con mucha seguridad personal que dice lo que piensa cuando lo piensa (aunque sea con cautela) entonces no entiendes la razón de que otros no puedan decir y ser como son realmente, manifestando lo que sienten de verdad; sin embargo, efectivamente mucha gente no dice lo que piensa, ni manifiesta sus conflictos, se los callan y guardan rencor, ponen por encima de la honestidad, la comunicación y la franqueza, un montón de barreras a modo de castigo, una violencia cobarde con la que intentan protegerse del enemigo imaginario que eres, y al mismo tiempo sacar el mejor corte posible de la situación. Piensan que decir lo que sienten es cuestión de valientes, los supera totalmente, la simple idea de decir una verdad. ¿Qué cobardía puede ser mayor? ¿o es que acaso yo soy caníbal y no me di cuenta?
    Junto a lo anterior, puedo decir que las personas te utilizan para obtener las cosas buenas que puedes ofrecer: ayuda en el trabajo, o en las tareas, o alguien con quien hablar cuando necesitan divertirse y no tienen más opciones; así que, te mostrarán una sonrisa, e incluso si eres amable y les preguntas si sucede algo o si has hecho algo indebido, te mentirán y dirán que no, y que incluso te aprecian; pero recuerda, las acciones siempre hablan más que las palabras, y quien no te busca, ni pretende compartir tiempo contigo, quien no se preocupa por ti; no te aprecia realmente, y si te valora, lo hace negativamente: es eso o es que es una persona profundamente indiferente, utilitarista y desinteresada, lo cual en todo caso tampoco es buen partido.
    En conclusión, final, puedo decir que una de las cosas más decepcionantes de las personas, es que la mayoría comparte ese desagradable rasgo de ser silenciosos en su juicio, miedosos para expresarse, pero aprovechadores y oportunistas a la vez. Su miedo radica en la necesidad de no perder su posición estratégica, y así, es como pasas de convertirte de “amigo” a una ficha despreciada en un tablero de ajedrez que en un determinado momento pierde su valor. El rasgo más asqueroso de muchos seres humanos, es el de ser capaces de sonreír y dar la mano, con sus bonitas caras y ojos, a quienes en el fondo desprecian.
    Pero sonríe para ti mismo(a), porque independiente a todo, siempre puedes comenzar a buscar nuevas relaciones, y empezar desde cero, buscar gente mejor, y si gustas, hacer la diferencia, que siempre es difícil y pocas veces satisfactorio, hasta que finalmente lo es.

    Con cariño, Vendaval.

  • Me suele pasar, y sinceramente no me molesta que no me inviten/incluyan. Lo molesto es que piensen o crean que por no estar invitada me sentiré mal y se equivocan, yo prefiero no salir y más cuando la mayor parte de veces no me siento cómoda. Se podría decir que no tengo vida social pero con las personas que suele pasar la des invitación es con la familia de mi esposo y mi propia ¨familia¨.

    Se que en parte puede ser por mi forma de ser pero todos somos diferentes, tenemos gusto, disgustos, opiniones diferentes y en algunos concordamos, etc. Pero en mi opinión no creo que por esa simple razón tengas que clasificar o juzgar a las personas.

    Un poco de mi: Soy muy expresiva y aunque quiera demostrar lo contrario mi rostro me delata jajaja. Mis emociones están esparcidas, mi voz suena algo tosca al hablar u opinar, no soy graciosa, ni extrovertida, mucho menos ocurrente, tiendo a estar a la defensiva inconsciente o consciente cuando me siento atacada, no tengo vida o algo interesante por contar y podria decir mas pero no cambia el hecho de que así es como soy, y podría decir que me acepto aunque algunas veces hasta yo misma me detesto pero que puedo hacer jajaja.

    Bueno por las razones de arriba y porque algunas veces tengo gustos y opiniones diferente tienden a crear opiniones sobre mi sin realmente intentar conocerme a fondo o saber porqué soy así o porque de repente cambie.

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