El Blog de Yes

Lo mejor del entretenimiento

Notas Random

Cuando no quieres que te traten como niño, pero te comportas como uno

La vida adulta puede ser una montaña rusa de responsabilidades y decisiones. Aunque llegamos a esta etapa de la vida con la expectativa de ser tomados en serio, a veces nuestro comportamiento dice todo lo contrario. Ahí es donde entra la famosa frase “no quiero que me traten como niño”, mientras que, en el fondo, sabemos que estamos actuando como tales. ¡Y sí, todos hemos estado ahí!

“Es solo un pequeño capricho”

Imagina esto: tienes una lista de tareas que te grita que debes completar. Lavado, mandados, preparar esa cena saludable que “te prometiste”… y en lugar de eso, te encuentras en tu sofá, viendo maratones de tus dibujos animados favoritos. Es como si el niño interno tomara el control, y mientras disfrutas de esa nostalgia, alguien más tiene que recordarte que eres un adulto. La próxima vez que te encuentres frente a tu serie de infancia preferida, recuerda que hay un mundo de responsabilidades que te está esperando.

Comer como un niño y sentirse culpable

Cuando se trata de comida, la cosa se pone aún más complicada. La gran tentación de un buen taco de carne asada con salsa bien picosita es difícil de resistir, pero ese batido de frutas que prometiste tomar se siente muy lejano. Ahí estás, disfrutando de ese platillo delicioso y pensando: “Soy un adulto, puedo comer lo que quiera”. Pero no pasará mucho tiempo antes de que alguien (quien, por cierto, se preocupa por ti) te diga que esas decisiones no son las más saludables. Y ahí va nuevamente ese recordatorio de que, en el fondo, ¡te traten como niño!

Desvelos y la culpa del día siguiente

Las noches de desvelo pueden ser una diversión inagotable, ya sea socializando o viendo el último gran estreno en Netflix. Sin embargo, al día siguiente, te despiertas arrastrando los pies y deseando estar acurrucado en tu cama. En esos momentos, es bastante común escuchar un “ya eres grande, deberías saberlo” de alguien a tu lado. La vida adulta está llena de elecciones, y a menudo, esas elecciones son más sobre lo que es mejor para ti, en lugar de lo que es más divertido.

La lucha entre lo placentero y lo responsable

Ser un adulto funcional implica enfrentar esas pequeñas decisiones con madurez. Pero, ¿quién puede resistirse a esa emoción momentánea de actuar como niño? La satisfacción instantánea a menudo gana en este juego, dejándonos con una mezcla de diversión y remordimientos. Sin embargo, es esencial recordar que ser responsable no significa privarse de la diversión, sino equilibrar ambas.

Ríete de ti mismo, abraza esos momentos en los que “te comportas como niño”. Después de todo, esas son las historias que compartirás con tus amigos y las risas que quedarán grabadas en tu memoria. Pero también, nunca está de más escuchar esos consejos de quienes se preocupan por tu bienestar. La vida es un divertido tira y afloja entre lo que queremos y lo que necesitamos, y aprender a navegar por ella con un poco de humor puede hacer todo más liviano.

Recuerda, aunque a veces quieras que no te traten como niño, asegúrate de comportarte como el adulto que realmente eres. La clave está en encontrar el equilibrio y recordar que, aunque disfrutar de repente la vida como un niño pueda parecer tentador, ser responsable terminará valiendo la pena a largo plazo. Así que la próxima vez que sientas la urgencia de tomar el control del mando a distancia en vez de hacer la cena, piénsalo dos veces. ¡La vida adulta puede ser divertida, siempre que no olvides esa responsabilidad!

author avatar
Yes
Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com