Filosofando

Cuando la vida te da una segunda oportunidad

Dime qué harías si la vida te diera una segunda oportunidad, dime que es lo que pasaría en el caso hipotético de que eso sucediera, ¿harías algo diferente?, o sin darte cuenta seguirías el mismo patrón de comportamiento que la primera vez, sin importar cuanto hayas deseado esa otra oportunidad, alegando que las cosas las harías de otra manera.

¿Alguna vez lo has pensado?, lo irónico es que cuando llega a suceder ese milagro de obtener nuestra nueva oportunidad, normalmente terminas haciendo lo mismo. Eso es irónico.

Aunque cuando reflexionas sobre el pasado, las experiencias y las cosas que viviste, seguro si eres como yo, concluirás que los errores no existen; pero en esa misma retrospectiva te das cuenta que las cosas las pudiste haber manejado de una manera diferente y tal vez el resultado pudo haber variado a algo más cercano a lo que tú querías.

Lo interesante, después de lo irónico, es que tal vez, solo tal vez, si hubiéramos pensado con más detenimiento nuestros actos, acciones o palabras, en una primera instancia, no necesitaríamos esa segunda oportunidad que tanto anhelamos. Es como el dicho popular “ahogado el niño, tapado el pozo”, esa sabiduría que nos dice actuar después de haberla cagado, supongo que en ese mundo bizarro, en el cual por cierto vivimos, todos estamos esperando una segunda oportunidad para todo, ya sabes, con los amigos, en la escuela, en el trabajo, en las relaciones, en el amor, siempre estamos regándola, equivocándonos sin importar las consecuencias, porque sabemos que siempre tendremos una segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima oportunidad para aprender en el camino y enmendar las cosas.

Pero sabes, creo que lo más sabio es entender y aprender de nuestros errores, lejos de equivocarnos esperanzados en nuevas oportunidades, creo que lo más inteligente sería aprender de esos errores; aunque si lo analizas bien, más que un error es una lección de vida que no deberíamos olvidar y en vez de pedir otra oportunidad, deberíamos aprender a ser mejores y más sabios, para cuando la vida nos presente nuevamente esa disyuntiva, podamos hacer las cosas de la mejor manera posible, sin importar que sea lo que queremos o no.

Cuando las cosas no resultan como queremos, anhelamos, es entonces cuando pedimos o imploramos una segunda oportunidad para hacer esas cosas de una manera diferente. Pero qué pasaría si en vez de implorar por una segunda oportunidad, aprendes y haces borrón y cuenta nueva.

Creo que todos pasamos la vida deseando una segunda oportunidad en algo, es más, algunos imploran por ese segundo chance por hacer algo diferente; pero extrañamente cuando tenemos esa oportunidad de cambiar las cosas, de hacerlas de otra manera, cuando tenemos esa segunda oportunidad, algo extraño nos pasa que nos asustamos y terminamos haciendo lo mismo, lo mismo que la primera vez.

En vez de pedir otra segunda oportunidad deberíamos aprender de lo que hicimos “mal”.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

Los comentarios están cerrados.