Cuando no es el frío es la lluvia
Vale madres, el clima conspira contra nosotros para que estemos empiernados con alguien.
Definitivamente es el clima, y la víspera del día de San Valentín, que le apuestan a actividades románticas del tipo lúdico, en las que la acción cuerpo a cuerpo, no solo calienta el alma.
Así es, si hay que culpar a alguien, o, mejor dicho, a algo, de las actividades que calientan al cuerpo, es al mal clima, que de forma despiadada nos ha azotado, y cuando no es el frío es la lluvia con sus aguaceros torrenciales, que nos hacen anhelar el contacto humano, el calor, y querer estar en casa, o de menos un chocolate caliente.
Pero ya, dejemos de momento, de lado, lo sexoso, y regresemos al clima, y el hecho de que no quiere darnos tregua.
Ahora, obvio, nosotros (hablo de la especie humana, insisto, obviamente), tenemos la culpa y el que nos valga, o muchos les valga, el cambio climático, nos hasta pasando factura, y los climas extremos están aquí para recordarnos nuestros pecados.
Esta es una guerra sin cuartel, en la que no hay tregua, y siempre, sin importar que pase, sufrirás por culpa del clima, que ahora, desde hace un par de meses, es un frío intenso, de esos fríos tan gélidos que te congelan el alma.
Bueno, hay algunas personas que nacieron con corazón de hielo, y el alma fría, esas ya están acostumbradas al intenso e implacable frío.
Y lo peor, justo cuando te estas resignando a que el frío es una onda de todos los días, y debes salir con muchas capas de ropa encima y calzado térmico, justo el día en el que por fin puedes decirle al frío:
Hoy no, Bitch!
Ese día, el universo climatológico conspira contra ti y dice: “ah, estás preparado para el frío, pero no para una tromba” y tómala, ese día que llevas un montón de suéteres y tus zapatos para el frío, ese día llueve tremendo y hasta graniza, para mojar todas y cada una de tus capas de ropa, tus hermosos zapatos térmicos, para congelarte todo el cuerpo.
De esas veces que te preguntas si el universo te odia, porque el único día que sales preparado/a para enfrentar al frío como se debe, otro tipo de clima azota tu ciudad, para recordarte, que siempre, sin importar las previsiones que tomes, algo saldrá mal.
Ya sabes, onda ley de Murphy, cuando no es el frío es la lluvia.