Notas Random

Cuando descubres que dices puras pendejadas

De esas veces que te cae el veinte que ya no deberías abrir más la boca, ya sabes, por aquello que terminas hundiéndote en puras pendejadas, y lo peor de todo es que son tus pendejadas.
Es en ese momento del día, en el que todo hace click, como si fuese una relevación del cosmos, una que te abre los ojos y lo mejor de todo es que descubrir que dices puras pendejadas no es algo que necesite concentración o estupefacientes.
Porque mientras hay quienes tienen que hacer mucha yoga y meditación para entender los grandes enigmas del mundo, o inclusive para tener esas revelaciones de vida que hacen que todo tenga sentido, eso de entender que dices puras pendejadas no necesita un estado alfa de concentración, a veces simplemente te cae el veinte de que dices puras pendejadas.

Igualito que cuando te cae el veinte de que la estas cagando en la vida y ya no puedes justificarte por andar haciendo pendejedas en la vida, es en ese momento en el que te das cuenta que no solo haces pendejadas, sino también las dices.
Y esa noción es poderosa, es de esas veces que abres bien grandotes los ojos, pones cara de incrédulo y comprendes porque nadie te entiende o por qué terminas desesperando a todos, ah y finalmente entiendes porque todo te sale de una manera extraña, porque obvio, dices puras pendejadas que nadie comprende y por ende las haces.

A todo esto habría que hacer el paréntesis correspondiente, todos decimos pendejadas, algunos más que otros; y eso no te hace pendejo o pendeja, oh no, claro que no.

-Yo justificándome que digo puras pendejadas-

Digo todos las decimos pero decir pendejadas no nos convierte en uno; aunque bueno, eso es algo que diría alguien pendejo para ocultar su pendejez, en vez de tener diálogos y razonamientos más elaborados, alguien con este problema solo cantinfleria, daría círculos y haría debates en torno a esas teorías. Pero esa es otra cosa.

Hablamos de ese momento en el que descubres que tus grandes ideas, no son tan grandes como creías o pensabas; y descubrir que solo dices puras tonterías, es ese momento en el que todo cobra sentido, claro uno malo.
Y es en ese momento, ese horrible momento del día cuando prestas atención a lo que dices, que descubres que dices puras pendejadas, ese horrible momento del día en el que deja de ser una sensación y se convierte en una fuerte noción.

Ahora dirían los expertos que es bueno saberlo, y no hablo de las personas optimistas que buscarían el lado bueno a eso de decir pendejadas todo el tiempo; no, en realidad hablo de los expertos que saben que reconocer un problema ayuda a encontrar una solución. Pero, en esto de dejar decir pendejadas ¿Qué pasa?, ¿uno deja de hablar?, o tal vez la clave sea la educación y regresara la primaria sea la clave para dejar de decir pendejadas.

MMMMMM, tal vez todo sea relativo a conectar el cerebro con la boca, pero entonces viene la duda, no es el cerebro quien te dice que decir, digo, si está lleno de puras pendejadas, ¿entonces qué haces?

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com