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Cuál es tu verdadera vocación

Hay preguntas en la vida, que llegan tarde o temprano, nos guste o no.
Estas preguntas que dan vueltas, de día y de noche, dormido o despierto; estas inquietudes de vida llegan para que las pensemos y analicemos, para reflexionarlas y descubrir en ese proceso una profunda y verdadera respuesta, que además de ser fundamental, nos abra los ojos, de forma metafórica, a cosas que nunca antes vimos de forma consciente.

Aunque hay que recordar, que a veces esas respuestas que buscamos tanto, las cuales, por cierto, esperamos que sean complicadas, terminan siendo simples respuestas que estuvieron frente a nosotros todo el tiempo.

Un ejemplo de esto, es que pasamos toda la vida buscando eso que nos hace falta (una búsqueda personal que varía de persona a persona), y recorremos el mundo, viajamos por barco, avión y tren, para encontrar con urgencia, eso que nos hace falta en la vida, para descubrir después de tremenda odisea, que eso que tanto anhelábamos, estuvo siempre frente a nuestras narices, en casa, esperando a que nos diéramos cuenta de su valor.

Supongo que a veces la vida es ciertamente algo caprichosa, y si divierte a nuestra costa, poniéndonos en acción buscando algo, que siempre estuvo ahí, esperando a que lo descubriéramos o esperando a que nos diéramos cuenta de cuanto lo necesitábamos.

Cómo cuando buscas el celular con desesperación, y resulta que siempre estuvo en tu mano.
Así de caprichosa es la vida, o tal vez, así de necios y ciegos somos todos.

Tal vez esto de ser un adulto funcional, sea más complicado de lo que parece, y por eso, pasamos toda la vida pensando y buscando esas respuestas a las preguntas importantes de la vida.

Claro, hay preguntas más interesantes que otras.

Y estas preguntas van desde ¿habré hecho la elección correcta?, ¿qué hubiera sido, si hubiera hecho otra cosa?, en fin, los hubiera, llegan en un punto en la vida, para quedarse y hacernos pensar.

Pues bien, en ese mismo parámetro de cuestionamientos de vida, hay otras dudas filosóficas de gran importancia, que sin importa la edad, si eres chico o grande, esas preguntas llegan a ti, para que las reflexiones y te pongas a pensar en ¿Qué es la vida?, ¿Cuál es mi propósito?, y la mejor de todas, ¿qué es lo que yo nací para hacer en esta vida?

Esta última pregunta es rara, porque si bien podría pensarse que debemos hacer eso en lo que tenemos talento o para lo que somos buenos, la respuesta termina siendo mucho, mucho más compleja.

Porque finalmente, nuestra vocación en la vida, no tiene mucho que ver con el talento innato con el cual nacimos, y otros factores como pasión, facilidad y entrega, terminan siendo importantes en esta elección.
Ahora, tampoco es cuestión de seguir una pasión, y hacer de nuestra vocación de vida, aquello que nos apasiona, porque insisto, además de eso, hay en juego otras cuestiones como talento.

Bien, tal vez no me haya explicado del todo, pero para descubrir cuál es tu verdadera vocación en la vida, de alguna manera, esa cosa mágica que el destino planeo para ti, hay que analizar muchas cosas, como te lo decía, hace rato y cosas como el talento, la pasión, la habilidad, la paciencia, e incluso la práctica, son todas esas cosas, las que te ayudarán a descubrir y encontrar eso que naciste para hacer.

Y en esta búsqueda no importa para nada la edad, y no importa que tan viejos o jóvenes seamos, siempre podemos encontrar esa profesión, esa vocación que solo nosotros podemos desarrollar con maestría, y con genialidad.

Insisto mucho, realmente no importa la edad, y cuando descubrimos nuestra vocación, cuando conocemos nuestra misión en este mundo, hay que seguirla para ser felices y plenos.

A mí me paso, yo siendo muy joven en la vida, decidí que lo que yo haría por el resto de mis días, sería publicidad, así que estudie con muchas ganas, día y noche devora libros y pasaba mucho tiempo perfeccionando los talentos que necesita un publicista; pero en la práctica, descubrí, que eso no me gustaba, no llenaba mis expectativas y que no me hacía feliz.
Así que me puse a buscar y seguí mis instintos, hasta que encontré en las letras, una pasión, un talento y una paciencia nunca antes vista, que fui perfeccionando con el tiempo y con la práctica.

Sé que hay personas que muy jóvenes descubren cuál es su verdadero camino en esta vida, pero a cualquier edad, también se puede lograr.

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