Creo que cometí un gran error
No lo vuelvo a hacer
Expectativas versus realidad, imaginar algo que nunca pasará es tan común que se convierte en una terrible y gran maldición, en la que nuestra imaginación está en contra de nosotros, o más bien, más que imaginación es una fiel convicción de que lograremos algo, de que somos capaces de conseguir algo, pero no, malditos sean tutoriales de YouTube, que nos hacen creer durante todo el tiempo que podíamos ser capaces de construir algo bello y hermoso con nuestras propias manos, también te maldigo a ti Cositas, que me hiciste creer durante muchos años de mi infancia que cualquier cosa que yo quisiera hacer la podía lograr solo con algo de empeño y práctica, maldito seas también tú conductor de Art Attack que me hiciste pasar muchas horas creyendo que yo podría hacer algo divertido y original para mi casa.
Y cual fue la lección que aprendí durante todos esos años, ¿Cuál?, que es mejor comprar las cosas antes que hacerlas, obvio, digo para que pierdes tiempo intentando hacer una horrible manualidad con macramé que va a parecer que fue hecha por un niño de 5 años, cuando puedes ir a comprar algo bonito, o sea, neta, quien en su sano juicio puede perder tiempo para entretenerse haciendo manualidades, ¿Quién?
Si vas a hacer un regalo que quieres que salga del corazón, mejor vas y compras algo bonito, porque si bien dicen que la intención es lo que cuenta, yo aprendí desde chiquita, cortesía mi Papá, que los regalos feos y horribles se guardan en un rincón del librero más empolvado, ahí se guardan, mejor comprar algo bonito que le sirva a la otra persona y que le guste que pasar una pinche semana haciendo algo que parece hecho por un infante.
Creo que cuando se habla de regalos, si bien lo que cuenta es la intención y el amor detrás de ese objeto y no el precio, no sé, creo que un regalo tiene que ser bonito y útil para la persona que lo va a recibir; tal vez por ello no doy muchos regalos, además de que siempre olvido cada fecha, creo que es mejor comprar algo hermoso.
Así que para que perder tiempo haciendo alguna pendejada, tiempo es dinero y prefiero pasar el tiempo invirtiéndolo valiosamente; lección que deberíamos aprender cuando se trata de hacer algo por nosotros mismos, siempre hay que recordar la lección ZAPATERO A TU ZAPATO y en vez de pensar que tú puedes instalar algo de la tubería, arreglar algo en la casa, mejor pides ayuda.
Lo mismo pasa en cuestiones de belleza, para que me hago mensa intentando arreglar mis uñas, cabello o cara, mejor me voy al mendigo salón y que expertas hagan lo suyo, para no terminar con expectativas que nunca se cumplen.
Lección aprendida, mejor me voy con las profesionales que si saben lo que hacen, porque hoy por primera vez sentí la frustración que experimentan muchas personas intentando recrear algo que se ve simple.
Malditas expectativas, malditas, malditas expectativas, uno siempre pasa mucho tiempo pensando y planeando algo y resulta que cuando lo haces, nada es como debía ser, NADA y mucho menos cuando se trata de hacer manualidades o algo con tus propias manitas. ¡Maldita sean manos de estómago, malditas sean!
Esperen un minuto, me gustan mis manos, tal vez no sean muy habilidosas haciendo cosas creativas como papiroflexia o algo más básico como escribir o pintarme mis propias uñas, pero pues de menos están bonitas ¿no?, algo es algo.
Así que no me voy a quejarme amargamente de que no puedo ni siquiera pintarme las uñas, seguro es que no estoy muy acostumbrada a inhalar los olores del esmalte de uñas y otro poco que en mi ADN no está integrado eso de ser femenina, así cosas como combinar mi ropa, saber cómo arreglar mis uñas, maquillar mi rostro o algo tan simple como tener una postura femenina, esas cosas no se me dan ni de chiste.
A veces uno simplemente comete un gran error pensando en que eso será un gran acierto.
