Conectarte con lo demás
Alguna vez has sentido que has perdido ese beat que te movía, esa conexión con el mundo y los demás, esa cosa que te hacía moverte sin pensarlo, esa cosa que podrías llamar impulso o hasta momentum de la vida, esa cosa que te permite conectarte con los demás para encontrar sentido a lo que haces, a la vida, a levantarte cada día y a seguir.
Alguna vez has sentido que ese latido se perdió, y que la vida parece avanzar lento, muy lento, como una especie de retrospectiva en la que puedes ver a los demás, una especie de trance en el que percibes a los demás, eres consciente de ellos, pero esa conexión se perdió; como si algo se hubiera roto, como si hubiera una falta de traducción, bueno, pues, como si todos los demás hablaran otro idioma y tú los ves, los escuchas, pero no entiendes, no comprendes y lejos de frustrarte simplemente eres como un espectador, atento para intentar comprender algo que parece ser que nunca entenderás.
Porque se perdió esa conexión, como si hubieras estado construyendo tu propia Torre de Babel, y justo cuando estabas por llegar a la cima, sucedió ese corto circuito casi divino y dejaste de entender a los demás, sigues escuchando, pero ya no entiendes el sentido y propósito de las cosas y de las personas.
Como si esa capacidad de conectarte con lo demás hubiera desaparecido y ahora solo eres un espectador más, como estar sentado en el cine viendo una película sin mucho sentido, o estar sentado en un auto que avanza rápidamente mientras las luces te deslumbran, las personas te confunden y tratas de escuchar y entender todo lo que dicen esas personas, esas luces y tú propios pensamientos, todo eso mientras te quedas mirando de frente a todo eso.
Y es cuando pierdes ese beat, o ese latido, es cuando puedes pasar mucho tiempo abstraído en tus pensamientos, intentando descifrar tus propios pensamientos, para entenderte primero a ti y luego a los demás.
En el justo momento, cuando pierdes la capacidad de conectarte con lo demás, de entenderlos y comprenderlos, es justo en ese momento cuando te pierdes; aunque no creo que sea malo perderse, dicen por ahí que solo se encuentra lo perdido. Además, la única forma de lograr la paz interior, supongo yo, es desconectándose de los demás para escuchar la voz interior, para aprender a escuchar los pensamientos propios y saber cuáles ideas son buenas, para saber diferenciarlas de las malas.
Y es en ese momento, en ese solitario viaje interno, en ese momento cuando eres pasajero y observador de lo que sucede, en ese momento es cuando más te desconectas de este mundo y cuestionas todo aquello que a sucedió en tu vida, en la vida de la historia, en la vida de los demás para tratar de encontrarle sentido a las cosas y a este viaje.
Es justo en ese preciso momento en el que una pregunta te acosa y te atormenta, ¿alguna vez podremos ser mejores que esto?
Supongo que esta desconexión con los demás, es un proceso natural, uno que todos debemos experimentar para encontrar a la persona que somos.
No sé, esta desconexión es muy rara, es como un limbo en la que escuchas a los demás y a veces hasta escuchas tu nombre a lo lejos y de forma no muy clara; tal vez lo único que se necesita es encontrar aquello que haga latir de nuevo a tu corazón de la forma correcta, para poder dejar de pensar:
“No soy mala persona, pero exactamente buena no soy”
Creo que todo depende de hallar esa forma de conectarte con lo demás, entenderlos y preocuparte por sus cosas.