Cómo puedo ser feliz
Cómo puedo ser feliz es una pregunta que todos nos hemos hecho en cierto punto de nuestra vida, es más, nos realizamos esa intrigante cuestión cada minuto de nuestra existencia, cada segundo del transcurso de nuestra vida intentamos descifrar cómo ser felices, sin poder siquiera llegar a una conclusión relativa.
Es curioso como la vida y su sabia naturaleza nos desvela estos grandes misterios a cuenta gotas, me pregunto, sí, otra pregunta, porque lo hace a cuenta gotas, tiene que ver con que no somos capaces de procesar información profunda del existencialismo humano y por eso nos da de a poco su sabiduría. Tal vez esa fuerza cósmica universal nos da información sutilmente filtrada fácil de digerir porque nuestros cerebros poco desarrollados y evolucionados implotarian al intentar absorber tanta información. Inclusive si lo piensas, así suena más lógica la teoría de renacer varias veces para aprender todo lo que necesita saber una persona feliz, entonces la felicidad no sería una búsqueda continua, urgente o momentos esporádicos, sino la conciencia de serlo.
Todo siempre es tan confuso y no sé si te pase a ti, pero cuando yo intento responderme estas preguntas me enredo más. Carajo, porque es tan relevante el conocimiento humano, la sabiduría y la felicidad, porque fregados, es tan difícil ser una persona completa y mucho más fácil ser una persona compleja, llena de carencias en busca de todo, llena de miedos, complejos y frustraciones. Qué no se supone que para eso se pasaron horas y horas los filósofos griegos intentando resolver los acertijos del alma, sí ellos que tenían todas las horas de la vida para desnudar el alma humana y analizarla por completo no pudieron ni siquiera esbozar su compleja taxonomía, cómo podría hacerlo yo, que no tengo un solo minuto para respirar, bueno si lo tengo, pero es muy difícil, por lo menos para mí intentar comprender complejos conceptos sobre la búsqueda de la felicidad, cuando ni siquiera se lo es la felicidad, mucho menos el amor, la paciencia u otras cosas complementarias, como podría yo Yesica Flores alguien que no sabe nada de filosofía que vive en pleno siglo XXI, una época materialista y frívola cuya formación e instrucción académica fue enfocada siempre a satisfacer necesidades económicas en vez de las necesidades del alma o el ser social que llevo dentro.
No entiendo como en la escuela nos enseñan arte, ciencias, matemáticas y cosas tan complejas, pero no nos enseñan a ser felices, a disfrutar lo que tenemos, a valorar lo que deseamos encontrando el justo medio, ¿Cómo? ¿Por qué?, es increíble que la ciencia y la tecnología se hayan desarrollado tanto que han logrado lo imposible haciendo que la ciencia ficción sea ahora una realidad, pero no pueden ayudarnos a desarrollar seres humanos felices.
Hace unos momentos decía que es curioso como la vida nos dice mucho de maneras increíblemente sutiles y de formas misteriosas, porque aunque pasemos horas y horas frente a libros o inclusive haciendo cálculos matemáticos intentando descifrar como se unen la mente, el cuerpo y el espíritu sin obtener resultados, a veces estas lecciones de la vida pueden venir de una carta de un buen amigo, de las palabras ingenuas de un niño, de un letrero en la calle, de un momento de nuestras vidas y por unos breves instantes, durante unos segundos abrirnos las puertas del conocimiento para desvelarnos quiénes somos y hacia donde nos dirigimos, solo cuando somos conscientes de esa microfracción de segundos, cuando podemos ver de manera objetiva lo insignificantes que somos, pero al mismo tiempo comprender lo grande de nuestra existencia, estamos a un paso de encontrar lo que buscamos, si tan solo pudiéramos capturar esa pequeña fracción de tiempo para canalizar en pro de nuestro desarrollo, seguramente podríamos hacer de este mundo un lugar mejor. Pero esas revelaciones misteriosas son desafortunadamente tan esporádicas que a veces nos cuesta mucho trabajo identificarlas, a veces ni siquiera nos damos cuenta de que suceden y, sin embargo, seguimos buscando las respuestas al ¿Quién soy?, o ¿Hacia dónde voy?
Hace rato el universo me desvelo una gran verdad, que he estado intentando durante toda la tarde procesar y traducir en algo útil para mí, siempre me he preguntado cómo ser feliz, a veces las respuestas son tan vagas como superficiales y me llevan a conclusiones extrañas por no decir extravagantes, en algunas ocasiones he pensado que la felicidad son momentos desencadenados por la conclusión de ciertas metas, pero cuando llego a esas metas descubro que soy más infeliz y vacía que al inicio de la persecución de esas metas, y es que la felicidad no es conseguir algo, la felicidad es la satisfacción que nos provoca hacer ese algo, no sé si me explico o ya te enrede más, pero lo que descubrí hace rato es que la felicidad no es el destino, sino el viaje y quien te acompañe en él, la emoción y la expectativa que nos genera un objetivo de vida en el proceso es mejor que el objetivo mismo.
La felicidad no es tener un coche, sino todo el trabajo duro que tuviste que hacer para obtenerlo, eso fue lo que te brindo satisfacción y muchas experiencias, en si el coche no es nada, solo la simbolización de ese proceso.
Pero cómo es que se disfruta de ese maravilloso viaje, pues fácil, y esa develación vino del lugar menos imaginado y más inspirador del mundo; la vida es una paradoja que simplemente tienes que aceptar, el humor te ayudará a percibir y superar los cambios que siempre sucederán.