Como medida para reactivar la economía, proponen reducir historial crediticio negativo

Tras los años negativos que dejaron la pandemia y, más recientemente, la escalada de la inflación, incentivar la inversión y el consumo en la economía mexicana es sin dudas uno de los aspectos más importantes de cara a este año 2023. Con ese objetivo en mente, diputados del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), han propuesto bajar las restricciones para acceder a un crédito.

En concreto, esta medida borraría los antecedentes financieros negativos de un ciudadano a más tardar en 2 años. Esto sería una reducción drástica, ya que en la actualidad el tiempo para que esta información sea eliminada es de 6 años, según lo establece la ley vigente.

Ana Laura Huerta, impulsora de esta propuesta, asegura que, con esta reducción, las personas podrán acceder a un financiamiento que las ayude a mantener sus finanzas personales sanas. Y brindaría un apoyo para aquellos que han sufrido la falta de empleo o la merma en sus capacidades de pago como consecuencia de los efectos causados por la pandemia, según comenta Huerta.

Cabe señalar que, para solicitar un préstamo, los ciudadanos deben cumplir diversos requisitos. Entre ellos, uno de los más comunes que les exigen las entidades bancarias, es no tener historial crediticio negativo en el Buró de Crédito. Algo que no todos pueden cumplir, principalmente por registrar deudas impagas.

El financiamiento como forma de reactivar la economía

Según el PVEM, partido que realizó la propuesta, esto “permitirá reactivar la economía y facilitar el acceso de los ciudadanos al financiamiento”.

 Está claro que esta medida buscaría llevar fuentes de financiamiento a sectores que en este momento no lo tienen. La reducción en los plazos en los que un ciudadano permanece dentro de la “lista negra” del Buró de Crédito, limita la posibilidad de solicitar nuevos préstamos, lo que perjudica el poder de compra y de inversión.

En última instancia, mayor acceso a financiamiento podría generar un aumento en la inversión productiva en nuevos negocios o aumentar la capacidad de consumo de las personas. En este último caso, se beneficiaría a sectores como el automotor o el del turismo, entre muchos otros, que son algunos de los que requieren grandes erogaciones para poder adquirir algunos productos.

Esto, a su vez, genera un efecto multiplicador que es favorable para otras industrias que dependen de otras más grandes. Y que son también grandes fuentes de trabajo para los mexicanos.