Arreglando las cosas a fregadazos
Si hay algo, en lo que los mexicanos somos expertos es arreglando las cosas a fregadazo limpio.
Ya sea desde un chamaco menso que no le entran las matemáticas, un control remoto viejito, un celular con alma kamikaze, una impresora rezongona ó pensándolo bien cualquier cosa es susceptible a ser arreglada con un golpe duro y certero.
No sé, si es cuestión cultural o una tradición muy arraigada la que tenemos, pero cuando algo esta fallando recurrimos a un “golpecito” maestro que en toda nuestra inocencia pretende arreglarlo; porqué es un hecho que no lo descompondrá más, entonces que más da propinarle unas buenas sacudidas, chance y efectivamente si lo arreglamos.
Siendo realistas nuestra NADA convencional forma de arreglar las cosas, puede que sí las descomponga más y tengamos que terminar llevando dicho aparatejo a que lo repare un profesional que sí sabe lo que hace y cuenta con todo el arsenal técnico y expertise necesario que requiere dicha reparación y no solo un golpe rudo y seco.
Curiosamente hay veces con las que dicha técnica se resuelve el inconveniente. Será por eso, que seguimos repitiendo el patrón. Pero estadísticamente cuantos son los más y cuantos los menos. Valdrá la pena seguir dándoles fregadazos a nuestras cosas, pues por lo menos hacemos conejo.
Puede ser que instituyamos el arreglar las cosas con golpes, como un deporte olímpico que si bien no repara nada, nos mantiene en forma y con un espíritu combativo muy útil estos días.
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