Filosofando

A veces lo único que necesitas es un abrazo

Es cierto, en verdad que es cierto, y hay momentos de la vida, en los que lo único que necesitas es un abrazo, suena tonto, lo sé, pero en ciertos puntos de la vida, lo único que funciona, lo único que necesita una persona para cargar combustible, fuerza y energía para seguir desafiando a la vida, es eso, un abrazo.

Lo sé, lo sé, suena cursi, y algo que uno lee en las patéticas tarjetas de superación del metro, con diseños que parecen salidos de los años sesentas, yo sé, es poco creíble que un abrazo, UN INSIGNIFICANTE ABRAZO, sea lo único que una persona necesita.

Yo sé, suena poco convincente y un abrazo, cuando no lo necesitas urgentemente suena patético, digo, lo obvio sería, si estas triste, atragantarte en helado, sumergirte en una sombría depresión o irte de compras, digo, eso es lo que haría una persona normal, pero querer o pedir un abrazo, por favor.

Eso suena a algo que diría alguien en el kínder, ¿oh no?

Bien, creo que llega un momento en la vida, en el que maduramos, o tal vez regresamos al principio para descubrir que lo único que necesitas en esta vida, es un abrazo.
No necesitas dinero, no necesitas irte de shooping, no necesitas helado, no necesitas nada más, solo un simple y genuino abrazo.

Ahora, tal vez mi postura con los abrazos es algo radical, porque la vida me enseñó a no necesitar abrazos, digo, suena al recuerdo patético de alguien que parece salido de la caricatura de Remi, pero existimos, y somos muchas las personas que aprendemos a sobrevivir sin abrazos, sin cariño y sin interacciones afectivas con los demás.

Creo que es parte de la adaptación, y una persona que crece bajo estos preceptos o mejor dicho condiciones, aprende a adaptarse, y a no necesitar a los demás, a no necesitar de esos convencionalismos sociales, y uno se hace autosuficiente, o eso nos decimos.

Y aquellos que vivimos apartados de los abrazos, apartados de las conexiones afectivas y emotivas con los demás, nosotros que juramos no necesitarlos, descubres un buen día, que lo único que necesitas en la vida, es un cálido y tierno abrazo, y eso es, justo lo que yo necesito, más que cualquier otra cosa.

Pero me debato contra mis instintos sobre pedirlo o no pedirlo, aunque tal vez, el día en el que se necesita, uno olvida todo lo que se aprendió previamente, para seguir al instinto.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com