Filosofando

¡Se murió mi perro!

Hace tiempo, en realidad decir “hace tiempo” es una gran exageración mía, más bien diría que hace como año y medio vi en la tele “Marley y Yo” una película lagrimera de Owen Wilson y Jennifer Aniston que seguramente buscaba la venta de boletos a través de la sentimentalería de los que aman a su perro. En aquel momento minutos antes de verla, recordé las palabras de Armando “uy yo llore con esa película cuando la vi en el cine, pensando en mi perra” y me pareció que Armando era demasiado sentimental, puesto que las perdidas duelen, pero son inevitables y es un proceso que todos tenemos que enfrentar tarde o temprano con la perdida de familiares, amigos y hasta el mejor amigo del hombre.

No le di más importancia y me puse a ver la película, prometiéndome no llorar nunca, simplemente no me gusta llorar, además creo que la historia se quedo muy corta tratando de plasmar todo el cariño, amistad y fraternidad que una persona puede desarrollar con su perro por más de una década de compañía; creo que no es justa la vida dándoles tan poco tiempo de vida a los perros, pero siendo justos la vida no es justa con nada.

Y ahora esa injusta justa vida se llevo a mi perro, a mi gran amiga, a mi compañera de tristezas y alegrías, a mi mejor amiga a lo largo de más de 15 años, se llevo a mi peluche, a mi perrito faldero, y aquella amiga que tanto me dio, ya se fue y no pude decirle lo mucho que significo en mi vida, simplemente se fue y yo no estaba preparada.

Aunque te parezca absurda mi tristeza, ella para mí era mucho más que un simple perro, con el tiempo ella dejo de ser un animal y se convirtió en parte de mi vida, en más que amiga en mi hijita.

Retomando el escrito y la compostura, te decía que “Marley y Yo”, sabes yo tenía un excelente punto e historia sobre esta película con muchos argumentos sobre porque deberías de verla desde un análisis crítico, pero ahora solo puedo pensar en “Gipsy y Yo” y que ella ya se fue, y que yo tengo este hoyo grande en el pecho, que no creía que fuera posible que existiera.

Según yo nunca había amado nada y de repente me doy cuenta que sí, y que es muy doloroso cuando ese alguien se va, y sí mi perro no era un perro, ella era un alguien que me dio muchas alegrías, tantas que no puedo contarlas y nunca podría agradecerle de la forma apropiada, pero ahora se fue mi perrita de ojos negros y pelo blanco y lo peor es que en mi cabeza se reproducen de forma continua muchas escenas de felicidad con ella, que llenan mi corazón de nostalgia, melancolía y alegría.

Es bello recordarla, es bonito por lo menos guardarla en mi memoria como una buena película de “Gipsy y Yo” con tantos recuerdos, con tantas complicidades, con buenos argumentos y una historia insuperable de amor y compañía con un fin inevitable. Pensando que ella fue mi paño de lagrimas, apoyo y soporte en muchas situaciones difíciles que una niña, una adolescente y ahora una mujer vivió durante tantos años.

Me pregunto con tristeza y ¿ahora qué voy hacer yo sin ti?, creo que seguir viviendo contigo en mi recuerdo, en este punto lo único que me hace erguir el pecho, es que estoy convencida que nos veremos en otra vida.

Y a pesar del enorme dolor que me invade en este momento no cambiario ni un solo minuto lo que viví contigo y ahora sin ti, porque me enseñaste tantas cosas y a pesar de que estas muerta sigues enseñándome a ser una persona adulta, porque tú fuiste la única que me enseño a comprender lo que es decir adiós, el valor de la compañía y la amistad. Porque a pesar de que era un simple perro, viejo y sin raza ella me enseño mucho más que otro ser humano sobre mi misma y el valor, y por más que me duela su partida no cambiara este dolor si eso significara no haberla conocido, amado y querido.

Por fin puedo comprender lo que significa la trillada frase “prefiero sufrir toda la eternidad a no haberte conocido” o “todo el dolor del mundo vale la pena por un minuto de tu compañía” y lo que pude entender, es que todo aquello bueno que alguien te dio, todas esas alegrías, todas esas aventuras, todas esas risas, todas esas lamidas valen cada lagrima por su partida.

Porque me enseño lo que es el amor incondicional y puro, un perro, mi perro y ahora me dejo sola y extrañándola.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

3 comentarios en "¡Se murió mi perro!"

  • Hermosas comentarios y recuerdos de alguien tan importante en nuestras vidas, nuestra y me da mucho gusto ver tu madurez, sencilles y amor por lo vivo,
    realmente eres afortunada en haber compartido esos momentos con tu queridicima mascota Diphsy, no la olvides nunca y recuerdala siempre, ella tendra un lugar muy especial en ti, y date oportunidad de tener mas aprendizajes, de eso se trata la vida.

    te quiero, besos bye

  • Puedo entender hasta cierto punto la relación que tenias con ella, a veces ellas son las únicas que están con nosotros en los momentos mas difíciles de nuestra vida, momentos que no compartimos con nadie mas y están con nosotros dando todo de si para vernos mejor y alegrarnos cada día, lo que queda en este punto es recordar todos y cada uno de los momentos que se vivieron y de esta forma su presencia continuará contigo

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