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Una tarde increíble

Alguna vez has vivido horas que parecen mágicas, algunas vez en la vida has perdido la noción del tiempo, alguna vez has vivido una tarde en la que los segundos parecen horas y las horas parecen nada y esfumarse como humo contradictoriamente, alguna vez has vivido un día que definitivamente es y será diferente a los demás días.

Una tarde de otoño cálida, apacible y tranquila en la que simplemente te sientes relajado, contento y muy a gusto disfrutando de los aromas, disfrutando de los ruidos de la calle, disfrutando de los paisajes para simplemente caminar, caminar y disfrutar de cosas simples y sencillas, para descubrir que no hace falta nada más para vivir la mejor tarde de la vida.

¿Alguna vez has vivido una tarde así?

Yo sí, hoy viví una de las mejores tardes de mi vida, sin exagerar, una tarde que me va a dejar una sonrisa loca por mucho tiempo. Una tarde que si bien no fue diferente, loca o extravagante, definitivamente fue una de las mejores tardes que he vivido en mucho tiempo, una tarde que me saco de la rutina, que me despertó del letargo de los días de trabajar-escribir-gym, una tarde que simplemente será memorable porque me hizo sentir más viva que nunca, que me hizo despertar de la rutina, una tarde que me hizo sentir y vivir cada detalle de una forma diferente para saborear y ser consciente de todo lo que pasaba, como un sueño extraño, surreal y muy vivido en el que el tiempo es relativo y parece moverse a otra velocidad, pero no estaba soñando.

¿Alguna vez te ha pasado eso?, ¿alguna vez has sentido que la relatividad del tiempo está a tu favor?

Es extraño como simplemente las cosas pasan y esos momentos que te quitan el aliento suceden, para despertarte de la monotonía. Es extraño no te parece, sí, piénsalo, vivimos a prisa, vivimos al límite, vivimos llenos de compromisos, trabajo y ocupaciones, vivimos la vida viviendo muchas cosas, pero pocas veces esas vivencias nos despiertan o nos hacen sentir vivos, no sé, hoy comparo este día con los demás y parece como si hoy hubiera despertado para abrir bien grandes los ojos, para descubrir nuevas ideas, nuevos pensamientos, para descubrir que la vida no se resume en estadísticas sino en olores, en imágenes, en palabras que se fijan en la memoria para nunca olvidarse, en complicidades y risas.

Para descubrir historias nuevas, para contemplar el cielo, para conocer diferentes ideas, para embobarme por horas escuchando y escuchando.

Y me niego a dejar que esa tarde maravillosa, increíble y magnifica se esfume como el efímero tiempo-relativo, me niego a dejar que esa tarde maravillosa se esfume en el recuerdo, porque hoy me sentí más viva, más loca y opuestamente más tranquila y serena que nunca en la vida.
Pero como se inmortaliza una tarde así, algunos dirían que para que esa tarde no solo viva en mí, sino quede para siempre plasmada como una de las mejores tardes de la historia, debería hacer poesía de ella, pues, literatura, esa que tanto me gusta y en la que me he refugiado para vivir a través de ella, pero hoy viví sin ella, hoy las letras se opacan con la maravillosa tarde de septiembre y nada de lo que se diga o escriba podría acercarse ni siquiera un poco a la realidad, hoy por primera vez las letras en las que me he refugiado y se han convertido en mis aliadas, hoy más que nunca están lejanas a siquiera esbozar una tarde increíble, me faltarían pinceles, tonalidades, practicas, skill y palabras para hacerlo.

Podría yo describirte y a la perfección los colores, los aromas, los sonidos, el sol, ese sol fuerte y caluroso mientras las personas caminaban a prisa y con afán, todos ellos caminando rápidamente a algún destino, mientras el sol se reflejaba en el asfalto y todos estaban sumergidos en sus conversaciones, en sus prisas, en sus urgencias. Todos ellos viviendo a prisa, viviendo dormidos, viviendo sin sentir, mientras yo estaba despierta, yo solo podía apreciar los colores, los aromas, las formas, las risas, las conversaciones, los corredores del centro, las cafeterías llenas de ruido con un embriagante olor a café o los departamentos color crema que me senté a ver, que me senté a contemplar para ver más allá de su simple y modesta fallada, para realmente mirar dentro de ellos.

¿Alguna vez alguien te ha hecho realmente despertar o ver las cosas?, ¿alguna vez has experimentado ese sentimiento de ser alerta y no estarlo?

Yo sí, para darme cuenta que estaba siendo parte de la vida, que estaba apreciando cada detalle sin apreciarlo, como si eso fuera un sueño onírico para perderme por completo en los ojos más bellos que haya visto hacía mucho tiempo, mientras los sonidos de la ciudad, los aromas completaban esa experiencia.

Pero entonces me pongo a pensar, claro, también pienso, aunque a veces no sea muy obvio lo hago. No te rías de mí, ríete conmigo, jajajajajaja, últimamente pienso en que hay cosas que son mías, complicidades que únicamente brillarán en mi memoria, que son cosas mías, únicas y maravillosas, cosas que no necesito compartir con nadie, ni siquiera contigo, porque no quiero trivializar la mejor tarde de mi vida, yo quiero hacerla parte de la posteridad, quiero hacerla parte de mi historia particular, esa que define quien es Yesica Flores, como algo mío, algo que voy a guardar por mucho tiempo, pero por otro lado como podría dejar de convertir en las mejores y más dulces letras la mejor tarde de mi vida.

Mientras muchos escritores pasan mucho tiempo buscando ese tipo de inspiración, esas tardes que parecen sueños irreales, llenas de musas, tertulia, inspiración, risas, tonterías, sonrisas, como puedo dejar de plasmar la mejor tarde de mi vida. Ya sé,puedo guardarla en la memoria, puedo convertirla en la más detallada crónica de una dulce tarde de otoño o también puedo guardarla en mi corazón, lo sé, suena fatídicamente cursi, pero últimamente ese es mi MODE, lo siento, pero como puedes culparme por ello, cuando hoy me siento más viva que en mucho tiempo, viendo las cosas de una forma diferente, como si hubiera despertado.

Si bien son recuerdos que debo atesorar de forma privada y celosamente, porque esos recuerdos son los que algún día me harán reír, son los recuerdos que me harán sentir viva cuando vuelva a ser prisionera de la rutina, porque esos recuerdos me van a rescatar del fastidio de la cotidianeidad, sé que son míos, y tu también lo sabes, pero no puedo hablar de otra cosas más que la mejor tarde de mi vida, esa que se guardó cerca de mi corazón, sin importar que haya sido simple, tranquila y hasta normal, para mí fue y me supo diferente y no es que sea un afán egoísta mío y te esté presumiendo que hoy viví una tarde increíble, noooooo, no te estoy presumiendo, más bien me pregunto si alguna vez has tenido esa enorme fortuna de disfrutar de un momento que para muchos parecería ordinario o común, pero para ti simplemente es algo inolvidable.

Me pregunto si alguien ha sido tan afortunado como yo, me pregunto con mucha curiosidad si alguna vez has vivido una tarde memorable que simplemente no puedes olvidar, si todavía no la has vivido, solo puedo cruzar los dedos por ti, para que algún día vivas una tarde mágica.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com