Rupturas

Simplemente deje de creer y eso apesta

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Por cierto valdría la pena aclarar en que deje de creer, pues obvio en el amor, aunque en realidad no es que crea que el amor es como Santa Claus, el Hada de los dientes, el Ratón Vaquero o cualquier criatura salida de la imaginación colectiva o de la ciencia ficción; pero he descubierto estos días que poco a poco deje de creer en la naturaleza poderosa, enigmática, misteriosa del amor, cada día creo un poco menos y un poco menos y un poco menos y eso apesta. Descubrir que poco a poco y de forma genuina el amor y ese sentimiento se me esfuman, más que hacerme cínica me pesa.

Bien, yo por excelencia era la persona que siempre creía en el amor, pasará lo que pasará, me rompieran el corazón o no, yo de forma genuina creía que solo era cuestión de tiempo y que algún día cercano o lejano, encontraría a esa persona que vale la pena esperar, a esa persona que abriría mis ojos, mi corazón y mi mente. Yo creía que ese chico existía y que poco a poco prendería todas las luces que los demás habían apagado y que poco a poco la esperanza comenzaría nuevamente a brillar, de verdad, yo siempre era de esas ilógicas optimistas que pensaba que algún día encontraría a una persona que me haría olvidar todos esos NO´S que me dijeron en mi vida.

Yo de verdad creía y era tanta mi convicción, mi pasión, mi fe y mi creencia en que eso podía pasar que se contagiaba a todos y hasta creo que era motivador escuchar mi versión filosófica y romántica del amor, creo que esa pasión contagio a muchas personas a no rendirse nunca, a seguir insistiendo y a seguir buscando aquella chispa que les faltaba, aquello que los hacía sentir incompletos, porque yo creía que eso era posible, que esa persona existía y de forma natural las personas se acercaban a mí para escuchar más acerca de este santo grial moderno llamado AMOR; pero ahora es diferente, porque ya no creo que eso pueda pasar.

Aunque sigo defendiendo la búsqueda del amor y lo seguiré haciendo, suena ilógico, pero estoy vendiendo un producto en el cual no creo al 100%, y es que cada día que pasa pierdo lentamente la fe y eso apesta.

Verán, antes creía con todo el corazón que pasaría, sí, yo solía creer en el destino, ¿sabes? voy al cine, veía a un chico guapo en la fila leyendo mi libro favorito y silbando esa canción que había estado en mi cabeza toda la semana, y pensaba: “wow, tal vez es él”. Ahora pienso: “solo sé que ese tipejo me robará el asiento en el cine”. He dejado de creer. Cada día siento que creó un poco menos y un poco menos, y un poco menos… Y eso, apesta.

El ver como poco a poco dejo de creer en algo que para mí era y es muy importante, duele y me afecta, pero no solo es la noción de no creer y poco a poco perder la esperanza, ahora simplemente no creo en ningún chico, ahora no creo en el amor y eso me está bloqueando.

Antes era muy impulsiva, romántica, soñadora e intensa, claro, tenía mis dudas pero la parte lógica de mi razonamiento era callada por esa emoción, por esas ganas, por esa creencia, por esa curiosidad, antes solo actuaba; pero ahora que deje de creer solo me quedan las dudas y esa parte lógica que cuestiona cada cosa y a cada persona que conozco.

Perdí esa chispa, ese entusiasmo, esa alegría y solo me quedo la lógica y eso apesta.
Hablar mal del amor o con frustración o toda traumada no puedo, simplemente deje de creer y perdí esa chispa.

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Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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