Amor y Sexualidad

Romance: Me recuerda a alguien

De verdad, tú tienes un extraño je ne sais quoi*, que no solo me vuelve loca, sino que me recuerda a alguien que solía gustarme y mucho, mmmmm, tal vez sea esa la respuesta, y lo que me atrae es el recuerdo de ese alguien; oh tal vez no tenga nada que ver ese recuerdo, y más bien todo se centra en las características especiales de este enigmático chico, cuyo nombre desconozco, pero llamémoslo Chico X, que siempre que me lo encuentro o lo recuerdo me hace sonreír; tal vez sea la altura, nunca cae mal un chico alto; tal vez sea su peinado de niño bueno, digo, nunca cae mal un chico con look inocente; tal vez sea que se ve de mi edad, digo, ya para variar, necesito a alguien de mi edad y no más chico, ni más grande, JUSTO DE MI EDAD; tal vez sea esa sexy apariencia del típico mexicano que no es flaco, ni corpulento; o tal vez, solo tal vez, me recuerda a alguien que solía gustarme de una manera absurda hace casi 10 años.

*¿Qué es je ne sais quoi?
Je ne sais quoi, es una expresión francesa que literalmente significa “un no sé qué”.
Generalmente se usa para referirse a algo que llama la atención, pero no sabes que es, simplemente es un no sé qué, que te atrae.

Tal vez solo sea eso, el mero recuerdo, pero cada que me encuentro con el Chico X, pienso de una forma muy obvia “me recuerda a alguien y mucho”, claro, trato de fingir la sonrisa, me hago mensa, miro a cualquier lado, inclusive el piso para disimular los nervios mientras me muerdo los labios, jajajajajajaja, como solía hacerlo hace 10 años cuando me encontraba a Victor.

Que por cierto, la primera vez que me encontré con el Chico X, pensé, “será Victor, ¿será?, mmmmmm, claro que no, ya se hubiera acercado a saludarme, a decirme loca y a coquetearme”; ¡ah, como nos gustábamos Víctor y yo!, sin embargo ese chico tenía novia, así que con 20 años y mucho honor, siempre se quedó en eso de mi parte y en ¡Cómo me gusta Víctor!

Pero ahora algo extraño sucede, y creo que una década después regresa este chico, bueno, por lo menos un doble, que bueno, tampoco que se diga que es su doble, pues no, porque si los chismes son ciertos, el guapo de Víctor, ese chico del cual podrías haberte enamorado por sus detalles, su amabilidad ahora digamos que después de 10 años, dicen las malas lenguas, subió unos 10 kilos, perdió pelo y el que le quedo la mayoría se puso blanco, se casó con esa vieja novia y ahora vive una vida muy aburrida en la que ambos, maestros, se la viven quejándose de su suerte.

Es curioso, la vida da vueltas, mmmmm, o mejor dicho a veces no hay vueltas o reveses y lo único que sucede es que los caminos que tomamos, nos hacen evolucionar, pero en ese camino. Digo, si transitas una ruta muy monótona, no necesitas una adivina para que te diga que terminarás haciendo lo mismo, y ni pensar en grandes aventuras recorriendo el mundo o conociendo personas; más bien, seguirás en eso mismo que haces.

Así le paso a Víctor, el sigo en lo mismo que lo deje hace muchos años, y yo sigo en lo mismo que comencé hace 10 años, una vida llena de aventuras, supongo que cada quien tiene eso por lo que lucha.

Que por cierto, no es que quiera balconear al buen profesor de historia Víctor, mmmmm, como era su nombre completo, mmmmmmm, no sé, después de una década la memoria no mejora, al contrario. No sé, lo único que recuerdo, es que su nombre es Víctor Alberto no sé qué, que por cierto, ahí tengo su email, pero por más dudas que tenga para verificar si los rumores son ciertos, creo que hay cosas que es mejor dejar en el pasado y una de esas cosas es el recuerdo de Víctor, ese chico de 1.95 que me volvía loca, el chico con el cual podía pasar horas platicando sobre música, mis patoaventuras o televisión; un bello recuerdo que prefiero conservar, en vez de tratar de entrometerme en su vida y borrar ese viejo recuerdo.

Además, acabo de encontrarme con el Chico X, uno que me recuerda muchísimo al Víctor de hace 10 años, alto, flaco poniéndose musculoso, peinado de ñoño, piel morena con cabello castaño oscuro, ojos como la noche y una mirada timada; esa que me persigue por todos lados o eso quiero creer.

No sé, creo que lo más lógico sería ir saludar al Chico X, ese chico que tiene un je ne sais quoi, que me hace recordar a Víctor y al mismo tiempo olvidarlo, ese chico que me gusta tanto o más que el original, ese que me hace olvidar que estaba harta del amor y los hombres, ese chico que me hace querer aventurarme sin importar que termine dándome en la cara contra el piso, ese chico que me recuerda a alguien del pasado, mmmmm, de hecho me recuerda a dos personas, a una chica tímida que por primera vez conocía a alguien que le gustaba mucho, mucho, mucho, y esa chica es la Yes del pasado y me recuerda a Víctor.

Tal vez sea eso lo que más me gusta del Chico X, que me recuerda la inocencia de lo que es el amor, y comenzar a aventurarse en el mundo de las relaciones y conocer a alguien; que digo, ahora después de algunos tropezones, debo confesar que me cuesta y mucho comenzar nuevamente ese camino, de que alguien primero te atrae, luego te gusta, luego te gusta más y luego no puedes dejar de pensar en esa persona.

Seguro es eso, lo que más me gusta del Chico X, que me hace olvidar toda mi experiencia y me hace sonrojar como una adolescente boba, que cuando se encuentra con la mirada de esa persona especial, tiende a mirar al piso; ah pero eso sí, cada que sé que voy a algún lugar donde estará el Chico X, créeme que me pongo lo más guapa, sexy y llamativa posible.

Si antes el me miraba, por casualidad, ahora lo hará porque no podrá dejar de hacerlo; y así es como comienza la cacería, yo llamo su atención esperando a que él, si está interesado se acerque. Lo malo es que tengo fama de CERO AMIGOS, tengo mala cara, o sea, muy seria y nunca sonrió; mmmmm, tal vez, ahora deba sonreírle coquetamente cada que me lo encuentro por casualidad, una que se repite mucho, mmmmm, el problema es que inmediatamente cruzamos miradas, por instinto miro al piso.

Es curioso, no sé porque, no sé si tenga que ver con el hecho que me recuerda a alguien y mucho o es un nuevo sentimiento que me pone muy nerviosa.

Y las curiosidades siguen, porque no solo me recuerda a alguien del pasado, oh no señor, sino que también lo conocí en el mismo lugar que al Víctor original, en el gym.

Pero la experiencia me dice que no se caga en el lugar donde se come, que en el gym no se va a ligar, porque los chicos son superficiales y otra cosa que desmotiva y me hace recordar ese viejo recuerdo, es que el Chico X, siempre llega con una mujer, un viejo déjà vu que me recuerda mucho más a Víctor, tal vez solo sea su amigo, hermana o que se yo, digo, no llegan en plan romántico, no se abrazan, no se tocan, no se pelan mucho, pero, mmmm, ya saben, hay nuevas formas de romance hoy en día.

Así que el miedo a regarla y que ella sea su novia o esposa, es un sentimiento poderoso que me mantiene a raya y con el viejo recuerdo, y el nuevo sentimiento, de que ese chico me gusta mucho a un grado absurdo.

El Chico X me recuerda a alguien, y creo que es la Yes boba e inocente que se enamoraba a primera vista de un extraño, jajajajajajaja, ahora no estoy enamorada de él, pero vaya, debo decir, como me gusta y creo que por fin, después de muchos años tengo nuevamente un crush, esa persona que inmediatamente llega al gym, me hace seguirlo con la vista por todos lados, mientras entrena, mientras hace pesas, mientras corre.

Rayos, y el hecho de sentir esas mariposas locas, inclusive cuando escribo de él, me hace querer seguirlo por todo el gym, me hace preguntarme si cada que me lo encuentro es una mera coincidencia o él me está buscando.

Típico, cuando alguien te gusta mucho, empiezas a hacerte preguntas tontas sobre las casualidades y las coincidencias, digo, últimamente me pregunto y mucho, porque siempre escoge la caminadora que esta junto a la mía, ¿acaso es casualidad?, acaso le gusta esa máquina, o acaso será que le gusta estar junto a mí, sin importar que la máquina que esta alado no sirva.

Tengo que confesar, que el Chico X, me gusta y me gusta muchísimo.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com