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La antidieta atragantarse de comida los fines de semana

No más llega el fin de semana y trago como puerco, y eso es cada fin de semana, por los siglos de los siglos y además extra a eso, debo decir que no es la primera vez que debato sobre la antidieta del fin de semana escribiendo sobre ella; oh no, cada que tengo un fin de semana extremo y la consciencia me remuerde en niveles épicos, tengo que relatarlo en un artículo, ya saben, porque tengo la esperanza de que alguien más este fin de semana se haya comido en 48 horas, todo lo que no pudo comer durante la semana.

Y digo que es la antidieta, porque neta, es lo opuesto a una dieta y en vez de usar el cerebro para decidir inteligentemente, una alimentación inteligente, termino deglutiendo cualquier alimento que se me ponga en frente, de forma breve, la antidieta es cuando haces lo opuesto a una dieta.

A mí me pasa cada fin de semana lo mismo; siempre, siempre, siempre es la misma historia en la que saboteo todo los progresos que he tenido en la semana, y toda esta atrocidad contra mi silueta pasa en 2 días de tentación, una que no conoce límites y es tan decadente, que en sólo dos días, es decir 48 horas, como todo lo que se me pone enfrente. Mis cálculos optimistas es que en esos dos días término comiendo casi 8 mil calorías, que deberían ser el equivalente a 5 días, pero oh no señor, yo lo como en dos días con mi antidieta del fin de semana.

Y la antidieta del fin de semana aplica de una manera irracional, en la que primero te das permiso de comer todo aquello que es culposos y calórico, con una sola probadita o una pequeña mordidita, pero antes de te des cuenta, te has comido la comida de todos en una sentada y sin darte cuenta.

Creo que esto pasa por muchos motivos, primero, el hecho de estar a dieta, comiendo menos cantidad de comida y de manera saludable, es algo que se va sumando toda la semana. El hambre no desaparece tomando agua, comiendo jícamas o gelatinas, al contrario en vez de desaparecer se suma y ya para el viernes por la noche tienes tanta hambre que te comerías un caballo, literal.
Ahora si añades a eso que extrañas los dulces, los carbs, y la comida rica, esa que es engordante, pues el resultado será que cuando huelas eso que te gusta, o alguien que esté cerca de ti comiendo eso, seguramente vas a buscar la forma para robarle su comida, incluso distracciones bobas, lo que sea para robarle su comida a esa persona.

Ahora encima de todo esto, si procuraste toda la semana comer bien, hacer ejercicio y tener una vida saludable, cuando llegue el fin de semana tratarás de ser más flexible y te permitirás esos gustos que no te diste en la semana, hasta te repites por eso hago ejercicio. Pero lo que no sabes es que todo eso, es la receta perfecta para la antidieta del fin de semana y comenzarás con un mordida a un chocolate o integrando al menú de ese día una quesadilla, pero sólo una, ok, sólo una, bueno, está bien, dos quesadillas y un refresco de dieta.

Y cuando menos te das cuenta te has comido todo lo que pudiste, en tiempo récord, porque hablando de comida tentadora, el sólo probarla después de una semana de comer lechugas te hará pedir una docena de esas cosas, sin importar que sean hamburguesas de libra que van a tapar tus arterias, un montón de garnachas, unas tortas o unos tacos.

Maldita sea, toda una semana de progreso, intentando perder peso y definir mi silueta, una semana de arduo trabajo a la basura por la antidieta del fin de semana, 2 días que no sólo me regresarán a mi peso anterior sino que término subiendo de unos gramos a un kilo.

Y diría uno de mis amigos, pues de eso que te gusta come poco, pero eso no se puede, en lo absoluto, ser moderado y de aquellas cosas que nos gustan solo tomar un poco es imposible, así pasa con la comida, con las canciones que nos gustan, nuestras series favoritas o las personas que nos vuelven locos. No podemos simplemente estar felices con una probadita, no, queremos atragantarnos.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com