Haciendo el ridículo en el metro

…usando orejas de Mickey Mouse

Aquí si aplica perfecto, lo de “aquí casual haciendo el ridículo” y la verdad juro, que nunca pensé que yo sería una de esas ridículas, que va por el metro llamando la atención, pero nunca hay que decir nunca y nunca hay que jurar que no haremos algo, porque es cierto, la vida busca maneras graciosas para demostrarte lo contrario.

Y si alguien alguna vez me hubiera dicho, que yo sería una de esas ridículas que van en el metro muy feliz, con algún accesorio extraño/estrafalario o alguna tontería que llame la atención, hubiera dicho que esa es una tontería.

Pero bueno, así que se diga que yo tengo un perfil bajo, y que nunca hago el ridículo, bueno, decir eso es absurdo e igualmente ridículo; porque ahora no solo ando con orejas de Mickey Mouse caminando súper cute, nooooo, además de eso, es muy común verme bailando en el metro, mientras todos van fastidiados y hartos, yo soy una de esas personas que va bailando con una fiesta personal privada.

Como dice Drax, en este mundo hay dos tipos de personas, las que bailan y las que no, y en el metro se ve mucho, y de vez en cuando, me encuentro a locos, principalmente hombres, que van como yo, bailando, haciendo el ridículo y liberando su mente de la horrible tortura que puede ser viajar en el metro, y cuando me encuentro a otro loco en su fiesta personal, solo podemos sonreírnos y seguir bailando.

Sí, lo sé, ando haciendo el ridículo en el metro, pero últimamente cuando escucho la música, esta recorre mi esqueleto y hace que músculos y huesos se muevan al compás de la música. No lo puedo evitar.

Así que supongo, que traer unas orejas de Mickey Mouse, es de lo menos vergonzoso que suelo hacer últimamente, y entre fiestas personales privadas o caminar por los pasillos mientras todos me veían con sorpresa, curiosidad o miradas de complicidad, creo que todavía me faltan muchos ridículos más.

Haciendo el ridículo en el metro

Y no es que yo quisiera hacer el ridículo o llamar la atención de forma premeditada, noooo, pero no quería romper mis orejas de Mickey Mouse, quien sabe, algún día las puedo usar, así que determine en ese momento, en un análisis de riesgos, que lo mejor sería traerlas en la cabeza, aunque eso significará llevarlas por todo el metro.

Que cuando llegue a mi casa, mi papá me pregunto muy serio y consternado ¿así venías en el metro?, la respuesta fue sí.