Filosofando

Aprender de los errores

Dicen que la única especie capaz de cometer un millón de veces el mismo error es la especie humana y yo lo creía como cierto; siempre pensé que yo estaba condenada a cometer la misma equivocación no una, ni dos, ni tres veces sino toda la vida. Equivocándome de la misma manera, repitiendo en una especie de loop bizarro como si fuera una maldición las mismas caídas una y otra vez sin darme cuenta, como si fuera ajena a toda esa escena, como lo plantean las películas de terror más intensas.

Pero esas no son pesadillas o películas de horror, es la vida real y siempre terminamos cometiendo el mismo error.

Yo, tú y todos en este mundo atorados en un anillo de tiempo en el que siempre nos equivocamos con las mismas cosas, como si la memoria fuera selectiva y por decisión propia eligiéramos repetir una y otra vez nuestras fallas; como si fuéramos fantasmas en el tiempo que repiten siempre sus tragedias.

De verdad que lo creía y no de forma tan pesimista y más bien algo alegre me jactaba de decir que NUNCA COMETO EL MISMO ERROR DOS VECES, YO LO COMETO UN MILLÓN DE VECES MÁS, pero cuando me descubro cometiendo errores básicos que me jure a mí misma nunca más repetir, descubro que son patrones. Pero saben que más acabo de descubrir, que los errores que siempre cometemos son los que tienen que ver con la cabeza o con el corazón, esos errores son los repetimos toda la vida, como si fuera una maldición o parte de una lección karmatica que estamos aprendiendo en esta vida.

Pero siendo animales muy básicos, irónicamente la compleja esencia de nuestra evolución, seguimos siendo animales y como tal nuestra memoria corporal nos ayuda a evitar caer dos veces en el mismo hoyo. Extraño pero cuando se trata de que nuestro cuerpo recuerde cosas como hoyos en el pavimento, pases de baile o tubos ubicados en la calle con los cuales te golpeaste una vez, no necesitas pensar, no necesitas ser consiente y tu cuerpo los evita; la mente recuerda algo que el corazón olvido y esos errores nunca los repetimos. Pero cuando el corazón borra de la mente algo ten por seguro que volverás a cometerlo mil veces, como sucede siempre.

Y es que no entiendo como yo, alguien que supuestamente tiene una buena capacidad de análisis puede cometer el mismo error cuando se trata de relaciones humanas; pero no se diga evitar el tubo que sostiene un toldo de una zapatería, aquel tubo con el cual me di en la cabeza y casi pierdo la consciencia. Un golpe que paso hace mucho, pero instintivamente cada que paso por ahí, cuando voy sumergida en mis pensamientos, automáticamente mi cuerpo lo evita y gira la cabeza o me agacho sin ser consciente de ello; creo que si fuera de forma atenta seguramente me volvería a pegar en la cabeza cada que pasara por ahí; pero como simplemente voy transitando de forma automática, la memoria de mi cuerpo evita que caiga dos veces en el mismo bache.

De verdad me resulta irónico como la especie humana también evita caerse dos veces en el mismo hoyo, pero cuando se trata de cosas más complejas, ahí podemos vivir la vida cometiendo el mismo error.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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